Insisten los yanquis en fabricar líderes opositores entre los jóvenes cubanos
El pasado 9 de junio del 2024 la embajada de Estados Unidos en La Habana que, en vez de trabajar por el mejoramiento de las relaciones entre los dos países, persiste en ser un centro de subversión política y espionaje, informó sobre el lanzamiento del más reciente programa de becas para jóvenes cubanos profesionales, que “busquen mejorar sus habilidades de liderazgo y abordar desafíos locales y globales”.
El citado plan se denomina Programa de Becas Hubert H. Humphrey del 2025-2026 y la convocatoria se inicia desde ahora hasta el próximo el 13 de agosto 2024.
Como gancho para atraer a los jóvenes cubanos, prometen el desarrollo académico y profesional en una universidad líder de Estados Unidos, con apoyo financiero que incluye viajes internacionales, matrícula y un estipendio mensual para nada despreciable.
Los temas a impartir son pura subversión política para fabricar opositores a la Revolución, expuestos en la información aportada por la embajada yanqui, entre ellos:
“Mejorar prácticas y desarrollar experiencia en campos de importancia crítica para promover la capacidad social e institucional; promover los derechos humanos y las libertades; garantizar entornos sostenibles y desarrollar comunidades prósperas; el área de los Derechos y Libertades, a través de campos de estudio como la comunicación, el periodismo, las leyes y los derechos humanos”.
Los requisitos son: Ser graduado universitario y tener un mínimo de cinco años de experiencia profesional a tiempo completo, demostrar capacidades de liderazgo, servicio público y buen dominio del idioma inglés. El aspirante será sometido a un comité de revisión independiente en Estados Unidos, quien revisará las nominaciones, pero será la Junta de Becas Extranjeras J. William Fullbright, quien dará la aprobación final.
El conocido Plan para la Transición de Cuba, aprobado por el presidente George W. Bush en el 2004, afirma: “Llegar a la juventud cubana representa una de las oportunidades más significativas para precipitar el fin del régimen”.
En enero del año 2009, la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos, SINA, lanzó el primer programa de becas para adolescentes y jóvenes cubanos después del triunfo de la Revolución, el cual estaba dirigido a graduados de bachillerato o técnico medio superior que dominaran el idioma inglés. El fin era prepararlos como líderes comunitarios opositores. El curso tenía un año de estudios en una universidad yanqui y costeaban el pasaje de ida y regreso, la matrícula, dietas, seguro médico y los gastos del visado.
Así mismo, lanzaron una segunda convocatoria hasta marzo del 2009, para jóvenes cubanos con capacidad de liderazgo, los que estudiarían durante cinco semanas en centros de estudio en Estados Unidos y recibirían seminarios que les ayudaría a tener una comprensión más profunda de ese país. (Un buen lavado de cerebro).
Los requisitos eran ser menores de 25 años, tener uno o tres años en una carrera universitaria y poseer una trayectoria de liderazgo en actividades educacionales o comunitarias. Todas las clases serían en idioma español.
Paralelamente, en la SINA se impartían varios cursos de organización civil, comunicación social, liderazgo e idioma inglés, convirtiéndose la misión diplomática en un centro de estudio para la contrarrevolución, en franca violación del artículo 41-3 de la Convención de Viena de 1961, que define: “Los locales de la misión diplomática no deben ser utilizados de manera incompatible con las misiones de la representación diplomática…”
Posteriormente continuaron en ese empeño y en abril del 2015 la organización World Learning Inc., con sede en Washington, abrió la convocatoria de un nuevo “Programa de Liderazgo de Verano”, para jóvenes cubanos de 16 a 18 años, durante cuatro semanas en Estados Unidos.
Del 11 de enero 2017 al 09 de marzo 2017, hubo otra convocatoria para diez becas de la organización Líderes Sociales, para “promover el desarrollo profesional juvenil y fortalecer la sociedad civil cubana”.
En junio del 2019, la Oficina de Asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, hizo pública la convocatoria para apoyar a líderes cubanos emergentes, particularmente dentro de la sociedad civil, (entiéndase contrarrevolución) quienes regresarían a Cuba con recursos profesionales para promover la democracia y los derechos humanos en la Isla, más herramientas para desarrollar sus causas y atraer amplias audiencias, comunicar los mensajes de manera efectiva a otros líderes y socios. También podrían movilizar a actores independientes dentro de la sociedad civil, para promover la libertad de expresión y reunión.
Los participantes debían ser estudiantes universitarios o jóvenes profesionales residentes en Cuba y demostrar interés en las comunicaciones, y otros roles de liderazgo.
La embajada del Reino Unido en Cuba se sumó a ese interés y el 20 de junio de 2019, ofreció una jornada informativa sobre la convocatoria para becas de maestría Chevening; un programa destinado a desarrollar profesional y académicamente a los jóvenes como futuros líderes e influenciadores mundiales.
La insistencia en ese tema continuó y por eso la organización Líderes Sociales, el 03 de diciembre del 2020 abrió su quinta convocatoria para ofrecer hasta 15 becas a jóvenes profesionales cubanos de 20 a 35 años de edad. El objetivo es el mismo: Promover el liderazgo juvenil y fortalecer a la sociedad civil cubana, durante 4 meses en entidades de Estados Unidos, para recibir herramientas profesionales y preparación en aptitudes, con el objetivo de crear, administrar y ejecutar proyectos comunitarios en Cuba.
En febrero de 2021 la Embajada de Estados Unidos en La Habana, lanzó otra convocatoria para jóvenes emprendedores que desearan formarse en compañías norteamericanas como pasantes y generar experiencias para el desarrollo de sus proyectos. Según el aviso, el nuevo programa conformaría los perfiles de la Iniciativa Jóvenes Líderes de América, que ese año incluyó a Cuba como parte de la política de empoderamiento de la sociedad civil cubana. El curso era de 4 semanas de adiestramiento en empresas norteamericanas para desarrollar habilidades empresariales, imprescindibles para la transformación de la gestión privada en Cuba.
Ante la ausencia de jóvenes líderes contrarrevolucionarios, la CIA intenta fabricarlos para ejecutar sus planes subversivos. Para lograrlo el gobierno yanqui asigna anualmente millones de dólares que reparten a través de la USAID y la NED, brazos que enmascaran el accionar de la CIA, entregados a más de 20 universidades y ONG encargadas de ejecutar las tareas, según informaciones oficiales de esas dos entidades. Dinero mal gastado que ha enriquecido a muchos sin obtener los resultados soñados.
Decenas de académicos estadounidenses se dedican a estudiar la situación interna en Cuba y a proponer fórmulas para derrocar el sistema socialista, entre ellos Edward González, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad de California y miembro de la RAND Corporation del Departamento de Defensa, quien participó en la confección del informe de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, conocido como Plan para la Transición de Cuba, aprobado por George W. Bush, en mayo del 2004.
Ante los fracasos, el gobierno yanqui insiste en que su mejor opción es reforzar la guerra económica, comercial y financiera para socavar la resistencia y unidad del pueblo, provocar cansancio y desencanto, con la añoranza de ver una revuelta popular similar a las inducidas en Europa y el Medio Oriente, algo que en 65 años no han logrado, porque los cubanos saben bien el futuro que les espera si los marines yanquis volviesen a invadir la Isla.
No se equivocó José Martí cuando alertó:
“Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas”