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ESPECIALES

Algunas consideraciones sociopolíticas importantes sobre Che Guevara y la construcción del socialismo

Para enjuiciar el extraordinario valor histórico del contenido de los escritos y discursos del Che desde 1959 a 1965, de los cuales estamos celebrando más de 60 años en algunos de ello, debemos remitirnos a dos factores esenciales, a saber:

1- La herencia económica recibida por la revolución triunfante, el 1ro de enero de 1959, cuyos rasgos fundamentales aparecen descritos en cualquier texto de nuestra historia patria.

2- El contexto histórico-concreto a escala nacional e internacional, con énfasis en los siguientes aspectos:

  • a- La estructura socio-clasista cubana a inicios de los años 60 del siglo XX.
  • b- La ruptura de poder generada por las transformaciones impulsadas por la revolución; la aguda lucha de clases desatada –cuyo detonador principal, luego del acceso al poder del pueblo y su vanguardia en armas, fue la Reforma Agraria, las nacionalizaciones de las propiedades extranjeras en Cuba y la proclamación del carácter socialista de la revolución en abril de 1961- poniendo en claro la contradicción fundamental del largo periodo histórico, que recién comenzaba la transición del capitalismo al socialismo ; las medidas sociales tomadas a favor del pueblo; etc.
  • c- La batalla histórica iniciada por el pueblo cubano contra las agresiones (guerra sucia que abarca todos los frentes) que, desde el mismo triunfo de la revolución, los sucesivos gobiernos de los EEUU le impusieron a Cuba y cuyo elemento más relevante y perdurable es el hostil Bloqueo Económico que dura ya más de 50 años.
  • d- La dura realidad de los tiempos de la Guerra Fría y la Carrera Armamentista, en cuyo escenario tuvo lugar el decursar de nuestra Revolución; y en una A. Latina signada por gobiernos entreguistas a las órdenes del Imperialismo y de Dictaduras Militares que asolaron a sus pueblos.

La batalla histórica por la edificación del socialismo en Cuba no puede verse desligada de los factores que aparecen en el siguiente examen hecho por nuestro Comandante en Jefe en el 1er Congreso del PCC, en 1975.

“Engañaríamos a nuestro pueblo si le inculcáramos la idea de que, dueños de nuestro propio destino en lo económico y social, libres ya de la tutela imperialista, el acceso a la riqueza y a la abundancia de nuestra sociedad no conoce límites”.

(Fidel, 1975).

Y pareciera que lo que dice a continuación, se refiere a la actual coyuntura en que nos disponemos a darle cumplimiento a los lineamientos del 6to congreso del PCC. Dice Fidel:

¨El primer limitante lo establecen los propios recursos naturales del medio físico donde radica nuestro pueblo, a lo que se añade la base agrícola de donde partimos, el desarrollo cultural y tecnológico alcanzado, y las dificultades objetivas y subjetivas del mundo en que vivimos”. (Fidel 1975).

Concluye esta imperecedera lección al plantear: “Pero hay también un limitante que es de orden moral: aunque ello fuera posible, un pueblo no puede pensar sólo en su bienestar material con olvido de los problemas y dificultades de otros pueblos del mundo”. (Fidel, ídem). Es que en esencia jamás debemos olvidar que: ¨El socialismo no sólo significa enriquecimiento material sino también la oportunidad de crear una extraordinaria riqueza cultural y espiritual en el pueblo y forjar un hombre con profundos sentimientos de solidaridad humana, ajeno a los egoísmos y mezquindades que envilecen y agobian a los individuos en el capitalismo”.

Puede apreciarse en este discurso de dónde partimos, la enorme brecha de nuestro atraso económico y social; el apego a la tradición de trabajo manual, poco calificado y embrutecedor en la principal actividad económica del país: el corte de la caña para la producción de azúcar; el rechazo a la mecanización y a las innovaciones tecnológicas que estaban destinadas a humanizar el trabajo y generar mayor productividad, etc.

En el contenido de este discurso se aprecia una arista esencia de su vigencia actual, a tenor con los cambios al modelo económico cubano aprobados en el 6to Congreso del PCC: Sólo el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación (programas de I+D+I); el avance la de productividad del trabajo; la diversificación de nuestras exportaciones a partir del incremento de la producción de bienes y servicios; el desarrollo local; el ahorro de recursos estratégicos; el empleo racional de la fuerza laboral existentes y, para ello desatar los nudos y prohibiciones que potencien todas las formas productivas y de servicios (estatales y no estatales), con elementos de mercado bajo regulación estricta de las políticas de desarrollo concebidas por nuestro Partido y el Estado son algunas de las inferencias que este discurso suscita en quienes lo analizan para, de sus enseñanzas, enriquecer las competencias profesionales y de dirección que demandan hoy la edificación socialista en Cuba.

Che nos remite a vernos con el Mundo, a no circunscribirnos a la tarea perentoria del momento, a ver con luz larga; a mirarnos –tanto por dentro con sentido autocritico, como en relación con el contexto internacional-, para perfeccionar todo lo que hacemos y darle respuestas concretas a nuestros problemas y a las demandas que nuestro pueblo necesita ver resueltas con eficiencia y en plazos concretos, recabando de los cuadros de la Revolución y de nuestra comunidad científica y académica respuestas a los retos del desarrollo actual del país.

Para ello nosotros nos remitimos a su trabajo teórico El Socialismo y el Hombre en Cuba (Carta a Carlos Quijano, en 1965), donde expresa lo siguiente:

“El Socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarias para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó”.

“…La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario”.

” Los hombres del Partido deben tomar esta tarea entre las manos y buscar el logro del objetivo principal: educar al pueblo”.

El Che reconoce que la Sociedad Socialista debemos construirla para satisfacer las necesidades crecientes del pueblo, aún en el difícil contexto de la salida paulatina de la crisis económica (Periodo Especial en Tiempos de Paz) en nuestro país, se avanza hoy “sin prisa, pero sin pausa”, como nos lo demandó nuestro General de Ejército y Líder de la Revolución Raúl Castro, y a “pensar como país”, como nos lo ha pedido nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Podemos concluir nuestras reflexiones con este pensamiento del Che:

“El camino es largo y lleno de dificultades. A veces por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta sólo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo”.

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