La distópica “great America” de Trump: EE.UU. contra el mundo

Comunidad internacional en la mira
El pistolero de turno apunta contra cualquier blanco. Con su retórica grandilocuente y pensamiento de hombre de negocios, ni los propios estadounidenses están a salvo. Desde acciones aparentemente erráticas, como cambiar el nombre al Golfo de México o comprar Goenlandia, hasta órdenes ejecutivas que atentan contra importantes logros sociales, nadie ha salido indemne ante la avalancha.


El propio 20 de enero, Estados Unidos anunció su retiro de la Organización Mundial contra la Salud. Esta decisión priva al organismo internacional de fondos que pudieran emplearse en numerosos programas para proteger la vida humana en diversos rincones del globo. La orden ejecutiva muestra un claro desprecio por la cooperación internacional en la temática. No destinarán fondos para prevenir nuevos brotes de enfermedades infecciosas a escala planetaria, pero sí para subvertir el orden en naciones contrarias a sus intereses. La jerarquía de prioridades y la hipocresía son alarmantes.
Por otra parte, ha activado la Global Gag Rule (llamada Ley de Mordaza Global), impide a organizaciones extranjeras que provean, promuevan o refieran servicios de aborto, recibir recursos de asistencia internacional de Estados Unidos, un paso en contra de la salud reproductiva que se traduce en el aumento de las muertes maternas en las naciones afectadas.
Otro mandato dictó la salida de EE.UU. del Acuerdo de París, uno de los pactos internacionales más ambiciosos en materia de cambio climático. En virtud del convenio, Estados Unidos se había comprometido a reducir entre un 61% y un 66% sus emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2035. La acción denota una alarmante falta de conciencia acerca de la crisis ambiental. La Organización Panamericana de la Salud estima que, analizando solo unos pocos indicadores, en todo el mundo ocurrirán 250,000 muertes adicionales por año en las próximas décadas como resultado del cambio climático. Trump dice poner a “América primero”, pero parece olvidar que ningún país, ni siquiera “omnipotente” EE.UU., sobrevivirá a la destrucción planetaria.
El propio 20 de enero, Estados Unidos anunció su retiro de la Organización Mundial contra la Salud. Esta decisión priva al organismo internacional de fondos que pudieran emplearse en numerosos programas para proteger la vida humana en diversos rincones del globo. La orden ejecutiva muestra un claro desprecio por la cooperación internacional en la temática. No destinarán fondos para prevenir nuevos brotes de enfermedades infecciosas a escala planetaria, pero sí para subvertir el orden en naciones contrarias a sus intereses. La jerarquía de prioridades y la hipocresía son alarmantes.
Por otra parte, ha activado la Global Gag Rule (llamada Ley de Mordaza Global), impide a organizaciones extranjeras que provean, promuevan o refieran servicios de aborto, recibir recursos de asistencia internacional de Estados Unidos, un paso en contra de la salud reproductiva que se traduce en el aumento de las muertes maternas en las naciones afectadas.
Otro mandato dictó la salida de EE.UU. del Acuerdo de París, uno de los pactos internacionales más ambiciosos en materia de cambio climático. En virtud del convenio, Estados Unidos se había comprometido a reducir entre un 61% y un 66% sus emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2035. La acción denota una alarmante falta de conciencia acerca de la crisis ambiental. La Organización Panamericana de la Salud estima que, analizando solo unos pocos indicadores, en todo el mundo ocurrirán 250,000 muertes adicionales por año en las próximas décadas como resultado del cambio climático. Trump dice poner a “América primero”, pero parece olvidar que ningún país, ni siquiera “omnipotente” EE.UU., sobrevivirá a la destrucción planetaria.
Como si no fuera suficiente, la Unión salió del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (CDH), “revisa” su membresía de la UNESCO y no contribuirá con el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS). En contraste con el discurso recurrente, Cuba tiene más prestigio a nivel internacional que Estados Unidos en materia de derechos humanos, y así lo ha confirmado el CDH en más de una ocasión. ¿Será que se resignan al aislamiento internacional de su política? ¿Qué fundamentos les quedan para continuar hablando de “democracia” y “derechos humanos”?
En otro orden, resulta indignante el cinismo imperialista acerca de la masacre en Palestina. Proponen convertir en un balneario. un suelo aún manchado con sangre inocente de miles de personas. Enmascaran con aparente trivialidad un asunto de trasfondo económico y geopolítico. Llegaron al punto de sancionar a la Corte Penal Internacional por acciones contra EE.UU. y su “aliado cercano Israel”. El perro sediento de sangre vuelve a las faldas de su amo, que lo aúpa, en un coro de llanto de miles de familias destruidas y vidas cercenadas.
EE.UU. vs EE.UU.: Más medidas controversiales

En la “América” de Trump solo se reconocen dos géneros: masculino y femenino. Asimismo, prohibió que niñas y mujeres transgénero compitan en equipos deportivos. En un contexto de violencia ascendente contra miembros de la comunidad LGBTIQ+, el discurso homófobo y tránsfobo del máximo representante de gobierno fomenta un clima de intolerancia y discriminación contra la diversidad sexual.

Otro aspecto definitorio de la administración es la agresividad contra los migrantes. El insensible político ha ordenado aplicar la pena de muerte para delitos graves siempre que sea posible, especialmente en el caso de acusados con situación migratoria irregular. Además, pretenden eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento y ha comenzado un amplio plan de deportaciones masivas. En la alta pila de órdenes presidenciales sobre el tema figura la creación de un centro de detención de migrantes en la Base Naval de Guantánamo, ocupada ilegalmente por Estados Unidos desde hace más de un siglo.
Más del 60 por ciento de los estadounidenses no apoyan esta decisión, señalan encuestas. “Es una demostración de la brutalidad”, definió nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, “con que ese gobierno está actuando para supuestamente corregir problemas creados por las condiciones económicas y sociales de ese país, la propia gestión gubernamental y su política exterior, incluyendo la hostilidad hacia países de origen”.
No hay mal que dure 100 años
Para Cuba, la versión Trump 3.0 ya está en curso -Biden puede considerarse casi su heredero en lo referente a la Isla, pues mantuvo el bloqueo en toda su expresión destructora. Entre juegos políticos, la segunda edición de la temporada Donald Trump apuesta por recortar gastos a gran escala. De ahí el fenómeno de la USAID y su caída, interpretado por muchos como un viraje de su proyección internacional. Nada más superficial y erróneo. Se trato solo de perfeccionar métodos, dirigir las inyecciones de capital a donde más daño hagan.
La pesadilla no acaba aquí. Escapan a este resumen decenas de acciones lesivas contra la humanidad. El régimen neonazi de Estados Unidos nos demuestra cada día cómo la realidad puede superar a la ficción.