Insisten en subvertir la sociedad cubana a través de Internet
La reelecta congresista por Florida María Elvira Salazar, miembro de la mafia anticubana, insiste en subvertir el orden interno en Cuba con el sueño de cambiar el sistema político y económico. Para ello, recientemente sostuvo un encuentro con el magnate Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, de la empresa de internet satelital Starlink y además dueño de la red social X, con el propósito de que colabore con los planes de ampliar la conectividad de Cuba a Internet, limitada por las propias leyes yanquis.
Esos planes son una constante en la actividad de Estados Unidos contra la Revolución cubana y todo indica que María Elvira ha recibido instrucciones de continuar dicha línea desde su posición en el Congreso, pues en agosto el 31 agosto 2021, a raíz de las protestas en la Isla en el mes de julio, había presentado el proyecto denominado Ley de Libertad estadounidense y Acceso a Internet, (HR5123)-Operación Starfall, bajo el argumento de “trazar un plan estratégico que brindara acceso a las comunicaciones inalámbricas en el extranjero, cuando ocurran apagones, un desastre o cuando los regímenes deshonestos cierren el acceso a Internet”, y añadió:
“Si la administración Biden hubiera brindado conectividad a Internet a los cubanos, hubieran sido cinco millones en las calles de La Habana y eso habría sido el principio del fin”.
En marzo 2022 contactó con Elon Musk, de SpaceX, en busca de apoyo tecnológico, lo que evidencia que quienes dirigen la actividad subversiva contra Cuba la utilizan para lograr una ley que permita llevarlo a vías de hecho, porque ella no tiene preparación profesional ni capacidad intelectual para esas ideas.
Musk acaba de ser nombrado por Donald Trump al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, lo que pudiera facilitar esos planes subversivos.
Como pieza del programa subversivo, en julio 2024 María Elvira exhortó a los cubanos en la Isla a descargar en sus teléfonos la aplicación de mensajería electrónica Delta Chat, herramienta diseñada para burlar la supresión de Internet durante actos de protestas.
Estos propósitos no son novedosos y forman parte de añejos sueños de Estados Unidos para derroca a la Revolución cubana.
En 1996 la RAND Corporation, del Instituto de Investigaciones para la Defensa Nacional de Estados Unidos, elaboró un estudio para el Departamento de Defensa titulado “Las telecomunicaciones cubanas, las redes de computación y sus implicaciones en la política de Estados Unidos”, que pretendía ayudar a la apertura en Cuba y forzar el surgimiento de una sociedad civil independiente.
El objetivo era “Alentar el enlace de Cuba a Internet, utilizar Internet para transmitir noticias y análisis balanceados, promover el uso de Internet por ONG cubanas, universidades y otros destinatarios”, con el fin de subvertir a la población mediante la transmisión de informaciones falsas y tergiversadas, donde el blanco principal era la juventud.
Para alcanzar su objetivo, los servicios especiales yanquis conformaron la organización “Raíces de Esperanza”, en su intento de utilizar jóvenes universitarios estadounidenses para atraer a estudiantes cubanos, cuya misión pública fue “Fomentar la auto realización de jóvenes cubanos de 15 a 35 años, apoyarlos para que puedan desarrollar una sociedad pluralista y democrática que respete los derechos humanos, a través de iniciativas académicas y culturales para construir una Cuba”.
En tal sentido, organizaron tres conferencias: 2003 en la universidad de Harvard, 2005 en la de Georgetown y 2006 en la de Princeton, e iniciaron el envío de teléfonos celulares como regalo a los estudiantes universitarios cubanos.
En marzo del 2005 Roger Noriega, entonces Subsecretario de Estado para el hemisferio occidental, afirmó en una audiencia congresional: “Estados Unidos flexibilizó los requisitos de las licencias para que, por primera vez, puedan ser entregadas computadoras personales de alta velocidad a grupos de la sociedad civil en Cuba”.
Entre los años 2004 y 2006 la USAID repartió cerca de 35 millones dólarespara proyectos subversivos contra Cuba, muchos de ellos vinculados directamente al tema de la informática y las comunicaciones.
En el 2009 enviaron a la Isla al estadounidense Alan Gross, contratado por la USAID, para la instalación ilegal de medios de comunicación de alta tecnología en Cuba, que permitiera la transmisión y recepción satelital mediante redes de comunicaciones Wifi.
En evento celebrado en 2012 por la Fundación Heritage de Estados Unidos y Google Ideas, se elaboró un informe para el gobierno que recomendó la creación de una red Wifi remota, para posibilitar el acceso a Internet de los cubanos.
Con el fin de alcanzar resultados, el Departamento de Estado proporcionó 2,8 millones de dólares a un equipo de hackers y activistas comunitarios especialistas en programación de software, para desarrollar un sistema de redes que permitiera a personas afines a los intereses de Washington, comunicarse por Internet sin interferencias de sus gobiernos. Así nació ZunZuneo, bajo el Programa de Intercambio Latinoamericano (PILA).
Jim Carney, portavoz de la Casa Blanca, reconoció que ZunZuneo, fue un programa de desarrollo coordinado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, completado en 2012.
El 13 de junio del 2013, el Departamento de Estado anunció las propuestas de varios proyectos para promover la “democracia y los derechos humanos” en Cuba, uno de ellos con el uso de herramientas digitales “para ser utilizadas de forma selectiva y segura por la población civil cubana, junto con otra iniciativa para el fomento de igualdad y defensa de las redes sociales de los cubanos de raza negra”.
Matt Herrick, portavoz de la USAID, reconoció en el 2014 al diario The New York Times, que esa agencia entregó una subvención por tres años a la New America Foundation, ascendente a 4,3 millones para hacer una plataforma disponible en Cuba. El software diseñado fue denominado “Commotion” y consistía en una amplia conexión inalámbrica Wifi ilegal, sin autorización ni pago a los servicios a empresas de telecomunicaciones cubanas, con el marcado propósito de evadir su control.
El pretexto esgrimido para instalar en Cuba dicho programa, era “el prolongado compromiso del gobierno estadounidense de facilitar las comunicaciones abiertas entre el pueblo cubano y el mundo externo”, acción violatoria de las leyes internas de todos los países, incluido los Estados Unidos.
La obsesión enfermiza yanqui es de tal magnitud, que el 23 de enero del 2018 el Departamento de Estado creó el “Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba”, en cumplimiento de las directrices planteadas por el presidente Donald Trump, en su memorando presidencial del 16 de junio del 2017.
Ese grupo lo integran representantes del gobierno, entidades “No Gubernamentales”, como la USAID, Freedom House, más la NSA y el buró de trasmisiones hacia Cuba, responsable de Radio y TV Martí.
Por ese motivo la congresista anticubana María Elvira Salazar, sirve de vocera de quienes realmente diseñan las políticas subversivas contra Cuba, pero una vez más tendrán que conformarse con los fracasos, porque los cubanos saben leer, escribir y razonar, por tanto no es fácil engañarlos con cuentos de hadas, porque conocen perfectamente la situación que padece la sociedad estadounidense, de los tiroteos constantes, secuestros, asesinatos, violaciones de menores y adultos, el alto consumo de drogas, los que no tienen dinero para alquilar un departamento donde vivir, los desalojos y otros males de aquella sociedad.
Preciso fue José Martí cuando escribió:
“Viví en el monstruo y le conozco las entrañas”.