The Guardian: Estados Unidos tiene una deuda con el pueblo cubano por décadas de guerra económica
Recientemente The Guardian, importante medio de prensa inglés, expresó la necesidad de dejar que los cubanos decidan su futuro sin coerción. «Es hora de superar las objeciones de un pequeño lobby de halcones y poner fin a una política que va en contra de los intereses de los estadounidenses y cubanos comunes y corrientes por igual», amplía el texto.
Durante la campaña electoral, Joe Biden prometió volver al enfoque de Obama, pero ha logrado pocos cambios. Según el investigador Bhaskar Sunkara, como resultado, «Cuba permanece aislada de importantes fuentes de hostilidad estadounidense y comercio y finanzas –incluso de actores no estadounidenses».
El 6 de abril de 1960, el diplomático estadounidense Lester D. Mallory escribió un memorando abogando por un embargo “que negara dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios monetarios y reales, para provocar hambre, desesperación y derrocamiento del gobierno”. Sesenta y cuatro años después, y el bloqueo sigue vigente. No ha logrado su objetivo declarado de derrocar la Revolución Cubana, pero» ha alimentado años de desesperación e ira justificada».
Barack Obama llegó a reconocer esto en su segundo mandato. La sorpresiva elección de Donald Trump cambió todo eso. Influenciado por políticos cubanoamericanos como Marco Rubio y un lobby ruidoso en Miami, restableció las restricciones de viaje y prohibió los tratos con empresas estatales que constituyen la mayor parte de la economía cubana.
Pero la acción más provocadora de Trump se produjo pocos días antes de dejar el cargo en enero de 2021, cuando devolvió a Cuba a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Esto a pesar de que los dos países cooperan ampliamente en materia de contraterrorismo y de los exitosos esfuerzos cubanos para alentar a los grupos guerrilleros latinoamericanos como las Farc a poner fin a la lucha armada.
En opinión de Sunkara, la guerra económica sólo ha frenado «los prometedores esfuerzos de reforma y ha permitido al gobierno culpar de manera creíble de las condiciones económicas a una fuerza externa».
El artículo también aborda la extensa sucesión de agresiones contra nuestro país llevadas a cabo por EE. UU. desde el triunfo revolucionario, entre ellas, acciones terroristas que han costado la vida a cientos de cubanos.
En medio del ataque constante, reconoce, la Mayor de las Antillas alcanzó importantes logros, como la campaña de alfabetización, defendió una intachable actuación en la arena internacional y extendió lazos internacionalistas a todo el mundo.
En el exterior, la labor de los médicos y especialistas técnicos cubanos sigue siendo elogiada en todo el mundo en desarrollo. Se han enviado brigadas médicas a más de 100 países desde la revolución, incluso después del terremoto de Haití de 2010 y el brote de ébola de África occidental de 2014. En las últimas dos décadas, otro esfuerzo ha curado a 3 millones de pacientes con discapacidad visual en países en desarrollo.
El papel de las fuerzas militares cubanas también fue decisivo en la derrota del apartheid. A costa de miles de muertos y heridos, Cuba y sus aliados angoleños hicieron retroceder al ejército sudafricano en un esfuerzo que, según Nelson Mandela, “destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco” y “sirvió de inspiración para el pueblo luchador de Sudáfrica».
Los cubanos fueron privados de sus necesidades materiales, pero Washington no estaba más cerca de sus ambiciones de “cambio de régimen”. Durante la campaña electoral, Biden habló acertadamente de la “política fallida hacia Cuba” de Trump y señaló su voluntad de volver al enfoque de Obama. Sin embargo, en el cargo ha hecho poco para cambiar el rumbo.
Simplemente, Estados Unidos tiene una deuda con el pueblo cubano por sus décadas de guerra económica, defiende. Como mínimo, el presidente debería cumplir sus promesas de campaña y eliminar de inmediato la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.