En verdad a Cuba le asisten todas las razones, legítimas y soberanas, para compartir espacios físicos con aliados estratégicos.
Lean aquí y entenderán que la crítica que se nos hacen por permitir la entrada al puerto de La Habana de una minúscula, pero nada depreciable parte del ejército ruso, como parte de los acuerdos bilaterales de cooperación, es solo propaganda y miedos de quienes la promueven.
Estados Unidos tiene cerca de 800 bases militares a lo largo del mundo, de ellas más de 76 se encuentran en América Latina. Entre las más conocidas resaltan: 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico, nueve en Colombia y ocho en Perú, concentrándose la mayor cantidad en Centroamérica y el Caribe. Entonces ¿de qué hablamos?
Suficiente con observar la Base Naval de Guantánamo —ilegal y artera, lugar de tortura y detenciones arbitrarias de supuestos terroristas, los mismos que han financiado en ese juego macabro de crear enemigos y miedos— para entender que es una torpeza deslegitimar un acuerdo entre dos países soberanos.
Las bases militares diseminadas por Latinoamérica son inconsultas con los pueblos que las asumen involuntariamente, más bien son acuerdos renovados con los gobiernos de turno. De aquellas han brotado políticas de exterminio como la Operación Condor, auspiciada por la CIA, y más reciente los golpes parlamentarios y cuanto se les ocurra, quien además mantiene estaciones operativas en la mayoría de las naciones, fuera de la cuenta de las 76 bases reconocidas, en ello también cuentan los centros de espionaje y monitoreo radioeléctrico y satelitales.
No olvidemos a la DEA, el más sutil mecanismo de diseminación del narcotráfico, cuya única finalidad es promover la desestabilización regional (en las últimas dos décadas el fenómeno, lejos de contraerse, se ha expandido). A 51 años de la creación de la Administración de Control de Drogas el panorama es sombrío para los estados que padecen el flagelo.
Hipócritas, reconozcan que drenan el miedo a través de la propaganda “anti- Putin”. Rusia está sumida en una compleja guerra por presiones de la OTAN, una guerra pegada a sus fronteras, sin embargo, tienen músculos y coraje para llegar hasta el Caribe con su armada.
Respeten y reconozcan las verdades de la humanidad. Solo la multipolaridad nos salvará como especie gracias al equilibrio que promueve.
