La Marcha de las Antorchas, celebrada cada 27 de enero, es una conmemoración de gran importancia para el pueblo cubano. Esta tradición, que rinde homenaje al Apóstol de la independencia, José Martí, simboliza la luz de la libertad y el deseo de un futuro próspero para la nación.
Su origen se remonta a 1953, cuando un grupo de revolucionarios, liderados por jóvenes de la Universidad de La Habana, decidió rendir homenaje a José Martí en la noche de su natalicio. Esta marcha es emblemática del proceso revolucionario cubano y refleja los valores de la independencia, la soberanía y el amor por la Patria.
El acto comienza al caer la noche, cuando los participantes encienden sus antorchas y recorren las calles en un espectáculo de luz y unidad. Este evento no solo celebra la vida de Martí, sino que también recuerda la lucha constante del pueblo cubano por alcanzar sus ideales de justicia y dignidad.
Un Llamado a la Unidad
En 2025, la Marcha de las Antorchas reunió a miles de cubanos en un ambiente de fervor y compromiso. Las calles de La Habana se llenaron de luces danzantes, mientras jóvenes y veteranos marchaban al unísono, portando antorchas encendidas que iluminaban el camino hacia el futuro. Las consignas de libertad y unidad resonaban en el aire, recordando la valentía de quienes lucharon por la independencia de la isla.
Los discursos de líderes locales hicieron hincapié en la importancia de mantener viva la memoria histórica de Martí y en cómo sus enseñanzas siguen guiando al pueblo cubano en tiempos desafiantes. Similar a aquellos que marcharon hace más de seis décadas, los cubanos actuales afirman su determinación por construir una sociedad más justa y equitativa.
La Marcha de las Antorchas no es solo un acto simbólico, sino una reafirmación del compromiso de los cubanos con su historia y su futuro. En un mundo lleno de desafíos, los cubanos, portadores de antorchas, siguen iluminando el camino hacia una nación donde prevalezcan los ideales de justicia social, independencia y soberanía.
Los latidos de la Revolución, junto a las luces de las antorchas, nos recuerdan que el camino de la libertad es continuo y que cada generación tiene el deber de mantener viva la llama de la patria. Así, en la oscuridad de la noche, la Marcha de las Antorchas sigue siendo un faro de esperanza y un símbolo de la eterna lucha del pueblo cubano por su dignidad y futuro.
