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Entre cielo y tierra: Migración cubana en la historia (II)

El mal llamado “exilio histórico” cubano se asienta en Estados Unidos, en esencia, por factores socioeconómicos. El proceso de nacionalizaciones afectó los intereses financieros de la oligarquía nacional y de los sectores asociados al capital extranjero. Mientras unos huyeron de la justicia revolucionaria, otros presentaban contradicciones con el magno proyecto social del nuevo gobierno.

Bajo los auspicios de la Ley Walter-McCarran, los cubanos fueron reconocidos en Estados Unidos como “refugiados que huían del comunismo”, aplicable a los migrantes provenientes del campo socialista. Recibieron los beneficios otorgados por el Programa para los Refugiados Cubanos establecido en 1961 por el presidente John F. Kennedy.

Durante la primera mitad de la década de 1960, el gobierno norteamericano otorgó a instituciones, entidades y personas de ese país la potestad de entregar visas waivers para la salida de ciudadanos cubanos. El otorgamiento de estos permisos resultó fundamental para la salida de 14 000 niños y jóvenes como parte de la llamada Operación Peter Pan. El trabajo de manipulación llevado a cabo con motivos puramente políticos, demuestra que pretendían horadar la imagen de la Revolución, provocar su caída, independientemente de los costos sociales y psicológicos causados a la familia cubana.

Llega la Ley de Ajuste Cubano

Esta misma lógica de debilitar a la Revolución mediante la apertura de fronteras a los habitantes de la Isla resulta en la aprobación de la “Ley para Ajustar el Status de los Refugiados Cubanos a la de Residentes Permanentes Legales de Estados Unidos, y para otros fines”, más conocida como Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966 hasta nuestros días.  La legislación concede privilegios especiales para los cubanos, hayan migrado de forma legal o ilegal. Se les puede otorgar la residencia permanente en el país al año y un día de estar residiendo en él, y el acceso a la ciudadanía norteamericana, entre otros.

La aplicación de políticas de recepción, estímulo y restricción selectiva de los cubanos ha variado a lo largo la historia, en consonancia con las prioridades de la política migratoria estadounidense, las interioridades y el estado de confrontación entre ambos países[1]. Como resultado de la Crisis de Octubre (1962), el gobierno de Kennedy suspende a finales de 1962 los vuelos directos con la isla antillana.

El investigador Jesús Arboleya, en su libro Cuba y los cubanoamericanos. El fenómeno migratorio cubano (2015), explica que tal decisión ocasionó uno de los mayores éxodos del período revolucionario. Aunque cerca de 40 000 personas arribaron a suelo norteño a través de terceros países, la aceptación indiscriminada de migrantes ilegales sirvió de incentivo para que unos 30 000 cubanos abandonaran el país de esta forma, entre 1962 y 1965. Este acontecimiento demuestra el uso de la migración como factor de desestabilización de la sociedad cubana.

Camarioca y firma del Memorando de Entendimiento

Ante la interrupción del flujo migratorio legal, la acumulación de potencial migratorio en la Isla y la instigación al fenómeno, por medio de políticas propicias y de propaganda incitadora, Cuba autoriza a los familiares de los potenciales migrantes a recogerlos en embarcaciones seguras, para conducirlos a suelo norteamericano. Para ello se habilitó el puerto de Camarioca, en el norte de la provincia de Matanzas.

Arboleya evalúa que quienes dejaron el país por el puerto de Camarioca constituían un remanente del primer grupo de migrantes cubanos hacia Estados Unidos. Según cifras de la Dirección de Inmigración y Extranjería cubano[2], el volumen ascendió a unas 2 733 personas.  Aunque no se considera una cantidad relevante,

la posibilidad de que se creara un flujo incontrolado de migrantes cubanos a Estados Unidos instó al gobierno de ese país a firmar lo que se dio en llamar Memorando de Entendimiento, (…) el primer acuerdo entre ambos países para organizar el proceso migratorio.

Las negociaciones iniciadas en diciembre de 1965, con culminación en la firma del Memorando de Entendimiento, posibilitaron la emigración legal hacia Estados Unidos, por el puente aéreo Varadero-Miami. El pacto entre ambos países no se reflejó en la mejora de las relaciones bilaterales, al punto que desde el discurso político de propaganda norteamericana estos viajes recibieron la hipócrita denominación de “Vuelos de la Libertad”.

La causa de la migración en los primeros años de la Revolución, del llamado “exilio histórico”, tienen carácter clasista se han visto asociadas a su enajenación con respecto a la sociedad cubana─ conformada por otras clases populares que veían en el radical proceso posibilidades de ascenso social y satisfacción de necesidades.


[1] Aja, A. (2001). Emigración cubana entre dos siglos. Temas, 26 (1). 60─70.

[2] MININT (2019). Síntesis histórica de la DIIE. https://diie.minint.gob.cu/historias/74

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