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ESPECIALES

Pretextos para justificar la intervención militar de los Estados Unidos en Cuba

El Comandante en Jefe el 11 de junio de 1999 en su discurso de clausura del I Congreso Internacional de Cultura y Desarrollo, celebrado en La Habana en el Palacio de las Convenciones, expresó:

El 9 de marzo de 1962, bajo el título de “Pretextos para justificar la intervención militar de los Estados Unidos en Cuba”, la Oficina del Secretario de Defensa sometió a consideración de la Junta de Jefes de Estado Mayor un paquete de medidas de hostigamiento que tenían por objetivo crear las condiciones para justificar la intervención militar en Cuba(…). Entre las medidas consideradas estaban las siguientes:

  • Una serie de incidentes bien coordinados se planificarían para que ocurriesen en [la Base Naval de] Guantánamo o sus alrededores, a fin de crear una apariencia verosímil de que fueron realizados por fuerzas cubanas hostiles, una variante.
  • Los Estados Unidos responderían con la ejecución de operaciones ofensivas destinadas a asegurar los suministros de agua y energía, destruyendo los emplazamientos de artillería y morteros que amenazan a la base. Comenzarían operaciones militares norteamericanas en gran escala.
  • Un incidente tipo Remember the Maine, pudiera prepararse de diversas maneras:

1.»Pudiéramos hacer volar un barco norteamericano en la Bahía de Guantánamo y culpar a Cuba.

2.»Pudiéramos hacer volar un barco no tripulado en algún punto de las aguas cubanas.»

3.»Pudiéramos hacerlo de manera que ese incidente ocurra en las cercanías de La Habana o Santiago como un resultado espectacular de un ataque cubano por aire o por mar, o desde ambas direcciones.»

  • La presencia de aviones o embarcaciones cubanas que acudieran simplemente para investigar las intenciones del barco, pudiera constituir prueba suficientemente convincente de que el barco fue atacado.
  • Los Estados Unidos pudieran dar seguimiento con una operación de rescate por aire o por mar bajo la cobertura de cazas norteamericanos a fin de “evacuar” a los restantes miembros de una tripulación no existente.
  • Las listas de bajas en la prensa norteamericana pudieran causar una ola favorable de indignación nacional.
  • Pudiéramos desarrollar una campaña terrorista cubano-comunista en el área de Miami, en otras ciudades de la Florida y en Washington. La campaña de terror podría estar encaminada contra los refugiados cubanos que buscan asilo en los Estados Unidos.
  • Pudiéramos hundir una embarcación llena de cubanos en la ruta hacia la Florida (real o simulada).
  • Pudiéramos promover intentos contra las vidas de los refugiados cubanos en los Estados Unidos, incluso hasta el punto de herir a algunos de ellos en casos que serían ampliamente divulgados.
  • Hacer explotar unas cuantas bombas de plástico en lugares cuidadosamente escogidos, detener a algunos agentes cubanos y dar a la publicidad documentos preparados que fundamenten el comprometimiento cubano, también pudiera ayudar a proyectar la idea de un gobierno irresponsable.
  • Pudiera simularse una expedición desde territorio cubano y apoyada por Castro, contra una nación caribeña vecina de Cuba.
  • El hostigamiento de aeronaves civiles, los ataques contra barcos y la destrucción de aeronaves militares norteamericanas no tripuladas por aviones tipo Mig, pudieran ser acciones complementarias útiles.
  • Un F-86 pintado adecuadamente pudiera convencer a los pasajeros de una aeronave civil que vieron un Mig cubano, especialmente si el piloto de la aeronave lo afirmara como un hecho.
  • Intentos de secuestro de aeronaves civiles o embarcaciones pudieran hacerse aparentar como acciones que continúan siendo promovidas por el gobierno cubano.
  • Es posible crear un incidente que demuestre de manera convincente que un avión cubano atacó y derribó a un avión civil arrendado que volaba de los Estados Unidos a Jamaica, Guatemala, Panamá o Venezuela:

“Los pasajeros pudieran ser un grupo de estudiantes universitarios o cualquier otro grupo de personas con intereses comunes para arrendar un vuelo”.

  • Es posible fabricar un incidente en el que parezca que aviones Mig cubano-comunistas han derribado un avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos sobre aguas internacionales producto de un ataque no provocado.

Cinco meses más tarde de estas siniestras, verdaderamente siniestras variantes aconsejadas desde la Junta de Jefes de Estado Mayor, «en agosto de 1962» (…) «el general Maxwell D. Taylor, Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, confirmaba al Presidente Kennedy que no se veía posibilidad de que el gobierno cubano pudiera ser derrocado sin la intervención militar directa de Estados Unidos, por lo cual el Grupo Especial Ampliado recomendaba un curso aún más agresivo de la Operación Mangosta. Kennedy autorizó su puesta en marcha: ‘Es asunto de urgencia’».

Solo agrego que, tal como él expresara años antes en la despedida de duelo de los mártires de Barbados, “Los que imaginan que la CIA se ha enmendado un ápice (…) están en un profundo error. Sus métodos, en todo caso, se harán más sutiles y más pérfidos”.

Redacción Razones de Cuba

Trabajos periodísticos que revelan la continuidad de las acciones contra Cuba desde los Estados Unidos.

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