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Entre cielo y tierra: Migración cubana en la historia (I)

El inicio de la migración cubana hacia Estados Unidos se remonta al siglo XIX, condicionada por las contradicciones políticas en la Isla y las afectaciones económicas agudizadas en el periodo bélico. En este periodo, los vínculos bilaterales en cuestiones de migración no se diferenciaban de los existentes entre la potencia norteña y otras naciones del Caribe.

El fenómeno se mantuvo durante la primera mitad del siglo XX, marcado por la cercanía geográfica y los nexos de dependencia establecidos en la primera ocupación militar norteamericana (1868─1902) y consolidados en el periodo republicano. Aunque el carácter político y económico de la migración continua presente en esta etapa, comienzan a emerger con fuerza las motivaciones asociadas a redes migratorias y reunificación familiar[1].

Algunas hipótesis, señalan autores como Aja (2001), sugieren la posibilidad de que la propensión a la movilidad de cubanos hacia Estados Unidos y a otros rincones del globo hubiera continuado su ascenso hasta alcanzar cifras considerables a finales de la centuria, aunque no se produjera el triunfo de la Revolución.

Con la llegada del movimiento revolucionario al poder, el 1ro de enero de 1959, el tema migratorio deviene componente esencial del conflicto entre Cuba y Estados Unidos. Es utilizado para aumentar la prensión social en la Mayor de las Antillas, en la búsqueda de socavar el gobierno revolucionario. Las sucesivas crisis migratorias acaecidas el siglo pasado, llevaron a ambos Estados a sentarse en la mesa de negociaciones en más de una ocasión, incluso en momentos de elevada tensión en las relaciones bilaterales. A su vez, las circunstancias históricas, económicas y políticas, las facilidades la legislación estadounidense, así como las repercusiones a escala doméstica e internacional, convierten a la migración cubana en un caso excepcional a escala mundial[2].

Para el estudio del fenómeno migratorio después de 1959, se tienen en cuenta por lo general seis etapas:

desde el triunfo revolucionario hasta diciembre de 1962, en que abandona el país la oligarquía nacional y su periferia más cercana; de 1965 a 1973, cuando rige el denominado entendimiento migratorio entre Cuba y Estados Unidos; la llamada crisis migratoria del Mariel en 1980; el periodo comprendido entre 1984 y 1994, caracterizado por la firma del primer acuerdo migratorio; y a partir de ese momento, en que se produce la crisis de los balseros (…)[3].

Pudiera agregarse una nueva etapa, a partir de la segunda década del siglo XXI, cuando Cuba reformula su política migratoria, para adecuarla a las tendencias contemporáneas de circularidad en la migración cubana.

Primera etapa y entendimiento migratorio

Inauguran el ciclo migratorio en el periodo revolucionario personas vinculadas a la dictadura de Fulgencio Batista, entre ellos, personeros con responsabilidades directas en asesinatos y torturas. Le suceden integrantes de la alta burguesía nacional, asociados del capital norteamericano en la Isla y otros no simpatizantes del proceso revolucionario. Por su composición socioclasista, la primera oleada estuvo compuesta en su mayoría por sectores acomodados, con capital asentado en el país de destino y de altos niveles educacionales.

A apenas 8 días del triunfo, se suscribe la Ley No.2 del Gobierno Revolucionario, con el objetivo de impedir la evasión de la justicia revolucionaria por los criminales. La regulación establece la necesidad de un Permiso de Salida para dejar el territorio nacional, el cual solo podía ser expedido por la jefatura de la Policía Nacional. Luego, el permiso para realizar el trámite se extiende a niveles inferiores.

Otro instrumento jurídico articulado en la etapa lo establece la Resolución 453 del Ministerio del Interior, que pedía un Permiso de Entrada para quienes hubiesen migrado después del 1ro de enero de 1959. Dos meses después de la aprobación de la medida, en diciembre de 1961, es puesta en vigor la Ley 989, complemento de la anterior. Disponía la confiscación de bienes para los ciudadanos que hubieran permanecido fuera del país por un tiempo superior al reconocido en los permisos oficiales.

Comienzan los primeros pasos de una política migratoria defensiva, basada en el levantamiento de barreras institucionales para el contacto de los emigrados con Cuba. La visión restrictiva del fenómeno coincide con la legislación de países socialistas, que buscaban protegerse de prácticas desestabilizadoras.

Referencias

Rodríguez, M. (2004). El proceso migratorio cubano hacia Estados Unidos: antecedentes, actualidad y perspectivas ante posibles escenarios. Centro de Estudios de Migraciones Internacionales, Universidad de La Habana. http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Cuba/cemi-uh/20120821035011/procmig.pdf

Aja, A. (2001). Emigración cubana entre dos siglos. Temas, 26 (1). 60─70. Arboleya, J. (2015). Cuba y los cubanoamericanos. El fenómeno migratorio cubano. Fondo Editorial Casa de las Américas. La Habana, Cuba.


[1] (Rodríguez, 2004, p.2).

[2] (Arboleya, 2015, p.14) (Aja, 2001, p.60).

[3] (Arboleya, 2015, p. 14)

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