Fidel Castro, Che Guevara, Raúl Castro y toda la generación fundadora de nuestra Revolución cubana victoriosa, nos han dotado de un arsenal de ideas esenciales y de un ejemplo histórico imperecedero, que nuestro pueblo atesora y vela por su cumplimiento. Veamos sólo algunos aspectos:
Confianza absoluta en que sólo los que luchan por alcanzar la máxima justicia social posible para el pueblo, mediante el cambio político revolucionario de «las circunstancias reales de explotación del hombre por el hombre», la apropiación cada vez más privada de las riquezas creada -con el trabajo del pueblo-, el aumento de la «brecha entre los ricos (cada vez más ricos) cómo consecuencias de la depredación de los recursos de otros países, el intercambio desigual, la destrucción del equilibrio medioambiental, etc.
Y por el otro lado está el grueso de la población que trabaja para sostener ese sistema de dominación económica capitalista, creado por la burguesía hace más de 500 años, han forjado la actual Dictadura Global de los Multimillonarios y el actual sistema imperialista de dominación hegemónica mundial que tiene que ser desplazado de ese poder, históricamente hablando, por ser ya insostenible para mantener condiciones de vida y perdurabilidad de recursos esenciales del planeta, por sus respectivos pueblos.
Sólo los que luchan y resisten, los que no se doblegan o traicionan sus ideas, sus convicciones revolucionarias, los que tienen fe absoluta en su pueblo, son los que triunfan y tienen la posibilidad histórica de iniciar, con el triunfo de la Revolución, el camino de la Construcción del Socialismo.
Nos enseñaron que jamás podemos confiar en que la burguesía y el sistema de dominación capitalista que ella representa desde el poder político, sobre todo desde las potencias occidentales, va a dejarnos trabajar en paz, sin inmiscuirse en nuestros asuntos internos, sin ponernos sanciones y bloqueos económicos, comercial y financiero, sin generar contrarrevolución y planes de subversión político-ideológica para destruir cualquier tipo de poder del pueblo, con el pueblo y para el pueblo.
Nos mostraron Fidel y Che Guevara que la unidad de los revolucionarios y de todo el pueblo es un escudo que no permite la derrota, que nos da, junto con las ideas y convicciones revolucionarias, la energía y la fuerza necesaria para luchar y vencer, tal como nos lo recordó el General de Ejército Raúl Castro y líder de la Revolución Cubana, en Santiago de Cuba en el 65 Aniversario del Triunfo de la Revolución Cubana Victoriosa.
Y también nos enseñaron que la defensa de la Patria y la Revolución son un deber sagrado. El enemigo imperialista y la contrarrevolución están al acecho y nos quisieran ver militarmente débiles.
Jamás podemos descuidar la preparación combativa. Hoy hay graves ejemplos de agresiones imperialista y sionista que nos permiten confirmar que “no se puede confiar en el imperialismo, ni un tantico así, ¡nada!”, cómo nos dijera Che Guevara.
