La educación en el concepto de Revolución de Fidel Castro

Fidel, sin desconocer la historia y esencia de la tradición educacional cubana, logra fundir en un apretado haz de reflexiones a la Revolución cubana y el Socialismo para devolvernos en una síntesis creadora de las mejores tradiciones del pensamiento social un concepto que orienta e inspira al pueblo en su hacer cotidiano y es esencia de la educación político ideológica[1]:
Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro
socialismo y nuestro internacionalismo.
Los elementos que aparecen en el concepto de Revolución, son núcleos de la educación político-ideológica en la escuela cubana:
- Sentido histórico de los procesos revolucionarios.
- La revolución hecha con el esfuerzo propio.
- La revolución como desafío a las fuerzas poderosas que se oponen desde dentro de la propia Revolución, en el país y fuera de este.
- La relación entre ética, política e intereses clasistas.
- La revolución socialista como solución definitiva de los problemas de la humanidad. El humanismo socialista
- La unidad nacional e internacional como requisito ineludible de un proceso revolucionario en nuestros días: Los nexos entre internacionalismo y patriotismo.
Como parte de su pensamiento político, consideró que en la educación nacen las ideas, que hoy son el instrumento esencial en la lucha y que los valores fundamentales, la ética, se «siembran». Por ello advierte que:
“Educar es todo, educar es sembrar valores, es desarrollar una ética, una actitud ante la vida. Educar es sembrar sentimientos. Educar es buscar todo lo bueno que pueda estar en el alma de un ser humano, cuyo desarrollo es una lucha de contrarios, tendencias instintivas al egoísmo y a otras actitudes que han de ser contrarrestadas y solo pueden ser contrarrestadas por la conciencia”.
Vean si es importante, es decisivo, enfatiza Nuestro Comandante en Jefe:
“No puede haber socialismo sin educación, como no puede haber educación, justicia social y socialismo sin Revolución. Tengo una fe ciega en el hombre, una fe inquebrantable en lo que puede hacer la educación y una fe infinita en nuestros presentes y futuros educadores, sembradores de la conciencia necesaria”.
En consonancia con lo anterior, en el 2005 plantea que:
Las ideas son las que nos unen […] las que nos hacen pueblo combatiente […] las que nos hacen, ya no solo individualmente, sino colectivamente, revolucionarios, y es entonces cuando se une la fuerza de todos, cuando un pueblo no puede ser jamás vencido […].
Para poder entender los desafíos de Cuba, el análisis debe realizarse desde una profunda visión cultural, política, ética y estética y que en la solución de los mismos, la educación juega un papel esencial y exige el desarrollo de la cultura política, de la democracia, de la participación, de la dirección colectiva, del compartir decisiones y responsabilidades. Y ahí está el pensamiento de Fidel advirtiendo en 1985:
Si tú mezclas valores éticos, espíritu de rebeldía, rechazo a la injusticia […] un sentido de la dignidad personal, del honor, del deber, todo eso es la base elemental, a mi juicio, que puede hacer que un hombre adquiera una conciencia política.
En el contexto del VII Congreso del PCC (2011), expresó:
Presté, efectivamente, mis servicios a la Revolución durante mucho tiempo, pero nunca eludí riesgos ni violé principios constitucionales, ideológicos o éticos; lamento no haber dispuesto de más salud para seguir sirviéndola […] pero sigo y seguiré siendo como prometí: un soldado de las ideas mientras pueda pensar o respirar.
Fidel hablaba del sentido de la educación política-ideológica, de la significación de las ideas, para garantizar un mundo mejor si se trabaja con fervor y dignidad.
[1] Fernández Ríos, O. Compilación. (2018). Revolución y socialismo en el presente reflexiones desde el pensamiento y la obra de Fidel Castro (La semilla en el surco, 2018). La Habana, Cuba: Filosofía.