El próximo 7 de mayo, la Iglesia Católica iniciará el cónclave para elegir al nuevo Papa en la Capilla Sixtina, tras semanas de preparativos y deliberaciones por parte de los cardenales de todo el mundo.
La decisión fue tomada durante la quinta Congregación General celebrada en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano, con la participación de más de 180 cardenales. Estas reuniones incluyeron discusiones sobre los desafíos actuales de la Iglesia, su relación con el mundo moderno y las cualidades que debe tener el próximo líder de la fe católica. Además, se eligieron a tres nuevos cardenales para asistir al Cardenal Camarlengo durante los próximos días. La última Congregación General tendrá lugar el 6 de mayo, después de lo cual los cardenales entrarán en el cónclave bajo estricta confidencialidad.
Según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis , actualizada por Juan Pablo II y Benedicto XVI, el cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después de la vacante papal. Este período permite la llegada de los cardenales ausentes y asegura que todos estén presentes antes de iniciar la votación. Durante el cónclave, los cardenales seguirán un riguroso horario de cuatro escrutinios diarios—dos en la mañana y dos en la tarde. Se requiere una mayoría cualificada de dos tercios para elegir al nuevo Papa, con disposiciones para rondas adicionales si es necesario. Al final de cada sesión, las papeletas son quemadas; el humo negro indica que no hay decisión, mientras que el humo blanco anuncia la elección exitosa de un nuevo Pontífice.
Una vez elegido, al cardenal seleccionado se le pregunta formalmente si acepta el cargo y qué nombre desea adoptar como Papa. Después de aceptar, se retira a la “Sala de las Lágrimas” dentro de la Capilla Sixtina para vestir las ropas papales. Tras las oraciones y cánticos, se anuncia el famoso “Habemus Papam”, culminando con la aparición del nuevo Papa en el balcón de la Basílica de San Pedro para impartir la tradicional bendición Urbi et Orbi.
