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¿Quién es el verdadero culpable?

En estos días asistimos a lo que no deja de ser un nuevo show mediático interno del imperio, la pugna entre el ejecutivo norteamericano con el congreso (con sus miembros republicanos), en la que el primero presiona al ente legislativo para que apruebe un nuevo paquete de ayuda a Ucrania e Israel y este a su vez le exige al presidente un cambio en la política migratoria.

En paralelo y asociado a este último tema está el enfrentamiento de Biden con el gobernador del Estado de Texas Greg Abbott por las medidas tomadas por este para frenar el flujo de inmigrantes por la frontera texana con México, las cuales no coinciden con la visión que tiene el gobierno federal de cómo enfrentar este fenómeno.

No pocos piensan que estas disputas pueden conducir a una guerra civil dentro del imperio, olvidándose de que la historia de este se encuentra plagada de hechos y culebrones mediáticos que parecía lo iban a conmocionar y al final no ha pasado nada, entre otros, magnicidio del presidente John F. Kennedy por cierto que fue en Dallas, Texas, escándalo Irán-Contras también conocido como Irangate, Watergate, escándalo Clinton-Lewinsky, asalto al Capitolio, etc.

La explicación de estos resultados, para simplificar pues sería extraordinariamente larga, es que, cuando las cosas amenazan de verdad los intereses o la estabilidad del Establishment, se arreglan sin pasar a mayores.

No me extiendo más en estos temas porque no es el objetivo de este post analizarlos, sino demostrar quién el verdadero culpable de lo que está sucediendo en su frontera sur es el propio Estados Unidos.

La responsabilidad histórica de lo que está ocurriendo allí no recae solo en Joe Biden y su equipo de gobierno, sino que es el resultado de la aberrante y repudiable política de dominación y saqueo impuesta por el imperialismo yanqui sobre los pueblos de América Latina, cuyo resultado ha sido el hundimiento en la miseria y la desesperación a millones de personas en nuestro continente.

Tradicionalmente nos han considerado su patio trasero, y acorde con esa visión distorsionada, ofensiva y prepotente, nos han tratado e impuesto sus designios imperiales y neocoloniales. Una muestra de ese pensamiento es la Doctrina Monroe que pregonaba América para los americanos, en la realidad una especie de “que nadie toque nada, yo solo puedo tocar”.

La historia de invasiones y conspiraciones para derrocar gobiernos de izquierda que, no les han sido a fines o de su agrado por decirlo de alguna manera, una expresión de su política del Gran Garrote. El apoyo a los de derecha que por su esencia neoliberal y servil les han facilitado el saqueo de los recursos naturales mediante la venta de estos a sus grandes transnacionales, que han elevado desmesuradamente sus ganancias con la explotación de estos.

Esos gobiernos neoliberales a los que han aupado, aplicaron y aplican medidas de recortes de gastos públicos, privatización y otras que favorecen a los más ricos y hacen más pobres a los pobres.

En esta conducta han tenido influencia el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, entidades controladas por EE.UU. que, exigen la implementación de este tipo de medidas como premisa para otorgarles grandes préstamos a ese tipo de gobiernos, que terminan por endeudar hasta los tuétanos a sus países, comprometiendo su independencia y soberanía. Un ejemplo reciente es el de Javier Milei en Argentina.

No se pueden dejar de mencionar las sangrientas dictaduras que, durante años apoyaron, a las que ayudaron a llegar al poder, para imponer sus políticas expoliadoras y neocoloniales en los países donde estas se instauraron.

Y como si esas vilezas no les bastaran, recurren a la aplicación de bloqueos genocidas y medidas coercitivas a los países que deciden elegir un sistema diferente al capitalismo para su desarrollo económico social y no se inclinan ante su poderío, tales son los casos de Venezuela y Cuba.

En su libro “La CIA por dentro. Diario de un espía”, el oficial de esa agencia ya fallecido Philip Agee, expone en detalles como EE.UU. interviene en los problemas internos de los países, he influye para utilizarlos en favor de sus intereses.

Agee al mencionar las diferentes actividades que desarrolla la CIA, menciona como una de ellas, lo cito:

Las operaciones de acción consisten en el control, la guía y. el apoyo a individuos y organizaciones que estén empeñados en la batalla contra el comunismo en cualquier lugar del mundo. Se incluyen uniones laborales, organizaciones de juventud y de estudiantes, medios de información pública, sociedades de profesionales, organizaciones de hombres de negocios, políticos y partidos políticos, y gobiernos.

Sin comentarios.

En fin, las personas que intentan ingresar al país que se vende como el paraíso de las oportunidades, por la frontera sur de este, donde se construyen muros y se despliegan alambradas de púas para impedirles el paso, a la vez que se les rechaza y trata como animales, no son responsables de sus desgracias y pobreza, el verdadero culpable es quien hoy pretende crearles una imagen de vándalos que vienen a importunar la tranquilidad de sus ciudades, el que se hizo rico a costa de su pobreza y les negó con su avaricia la posibilidad de tener un proyecto de vida decoroso en sus países de origen.

Pero que se puede esperar de una nación que tiene una historia de indígenas exterminados, negros segregados y niños enjaulados.  Aclaro no he estado enjuiciando a todo el pueblo norteamericano, dentro de él hay muchos con decoro, no es victimario, sino víctima prisionera de los intereses y deformaciones de quienes lo gobiernan y de los sectores que apoyan y responden a estos.    

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