Acabamos de arribar al aniversario 66 del triunfo de la Revolución Cubana, luego de transcurrido un año tremendo para este pueblo, caracterizado por una muy tensa situación en el ámbito de los recursos y medios de subsistencia.
Todos sabemos que en ello ha incidido con mucha fuerza el cruel, criminal y prolongado bloqueo económico, comercial y financiero que por más de 60 años nos han impuesto los gobiernos de los Estados Unidos de América, incluso, en estos últimos años en una constante fase de recrudecimiento, como jamás lo han hecho contra pueblo alguno.
A lo anterior súmense los efectos de la crisis económica global, que perdura ya por varios años, así como todo cuanto se deriva de los conflictos armados que tienen lugar entre diversos países, y que amenazan con extenderse de forma impredecible, sin que se descarte el posible empleo de las armas nucleares. También considérense las secuelas que en el orden económico y social nos dejó la epidemia de COVID-19.
Aún en medio de todas esas circunstancias, la Revolución Cubana continúa su paso firme y decidido y no se deja intimidar por las amenazas, los planes y medidas del Gobierno estadounidense, que incluyen hacer sufrir al pueblo, que lo privan de alimentos, medicinas, combustibles, transporte y muchos otros bienes y servicios, imprescindibles para el ser humano.
Los agoreros, esos que hace más de seis décadas y media están augurando cada año el fin de la Revolución Cubana, una vez más han errado en sus acertijos, y como siempre, los de Miami, se han quedado con sus maletas preparadas, para retornar a Cuba y deshacer todas las conquistas y todo lo construido por el pueblo en estos 65 años de duro trabajo, esfuerzos y sacrificio y, darse tres días de gracias para matar.
Cuando ellos pensaron que luego de tantas vicisitudes, además agravadas por dos huracanes, dos terremotos, y tres desconexiones del sistema eléctrico nacional, el pueblo se volcaría a las calles contra el gobierno, resultó que por el contrario, el pueblo respondió con una multitudinaria “Marcha del pueblo combatiente”, con más de medio millón de participantes, en reafirmación, respaldo y apoyo a la Revolución.
A los enemigos externos e internos de Cuba, solo podemos decirles que sigan en su espera infinita y augurando cosas malas y, a los del norte, les aconsejamos que revisen sus maletas, porque tal vez el comején, transcurrido tantos años, les haya jugado una mala pasada.
¡Hacia el aniversario 67 de la Revolución cubana por nuevos y mayores objetivos!
