Estados Unidos respalda a sus lacayos

El régimen del dictador delincuente Donald Trump ya no se cuida de parecer un país que cuida la democracia, pues se siente tan poderoso y hasta capaz de poner de rodillas a la Unión Europea, que ya no le importan las apariencias y eso se pone de manifiesto en la reciente declaración de altos funcionarios del gobierno, al calificar la condena por un tribunal en Colombia del expresidente Álvaro Uribe Vélez, como un acto de “persecución política”.
El 28 de julio de 2025, Uribe fue declarado culpable de sobornar testigos y cometer fraude procesal, después de un largo proceso penal iniciado en el año 2012, siendo la primera vez que un ex jefe de Estado colombiano resulta condenado en un juicio penal.
El mundo sabe que Álvaro Uribe es responsable de crear la fuerza paramilitar que asesinó a miles de campesinos, de mantener vínculos con lo más tenebroso de la sociedad colombiana y oponerse totalmente a los acuerdos de Paz; pero es un fiel servidor de los intereses yanquis en la región. Por esa razón, ante el fallo judicial Estados Unidos sale rápidamente en su defensa, e incluso presionará hasta el final para lograr que, en la apelación de sus abogados, lo declaren inocente.
Para tener una idea del agradecimiento de Washington a los servicios prestados por Uribe, basta analizar las declaraciones del secretario de Estado Marco Rubio y del senador por Florida Rick Scott, quienes con total desvergüenza escribieron en las redes sociales:
“El único crimen del expresidente Uribe ha sido luchar incansablemente por su patria”. Uribe es un defensor de los valores democráticos en toda América Latina. “Siempre ha sido una voz líder por la libertad en Colombia y en toda América Latina”. “La persecución política y los brutales ataques bajo el régimen socialista de Petro son inaceptables y no lograrán silenciar la lucha por la libertad. Estados Unidos apoya al pueblo colombiano y no se hará de la vista gorda ante la injusticia”
La mejor defensa, que no deja dudas del trabajo de Uribe a favor de los yanquis, la hicieron los tres congresistas de la mafia terrorista anticubana, María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart.
Dijo Díaz-Balart: “Como lo he advertido en numerosas ocasiones, la decisión de este juicio falso, la persecución política y la cacería de brujas contra el expresidente Álvaro Uribe, constituye una clara violación del Estado de derecho”. “Refleja el avance de fuerzas de extrema izquierda que controlan a Petro. Desde Estados Unidos, es muy preocupante ver el deterioro de la democracia, la seguridad y el aumento de los grupos criminales en Colombia bajo el gobierno de Petro”.
María Elvira Salazar agregó: “Hoy no se hizo justicia en Colombia. Se cometió una atrocidad contra Álvaro Uribe, el hombre que rescató al país del terrorismo y enfrentó a las FARC cuando nadie más se atrevía. Lo condenan porque es un obstáculo para la izquierda radical que quiere convertir a Colombia en otra Venezuela”. “Se consumó una infamia”.
Sin embargo, estos defensores de Uribe no dijeron una sola palabra cuando un tribunal de Ecuador condenó al expresidente Rafael Correa, en una evidente persecución política. Tampoco manifestaron su preocupación ante el deterioro de la democracia en Perú, al ser depuesto y encarcelado el presidente constitucional Raúl Castillo, ni cuando Evo Morales fue víctima de un golpe para impedir su reelección como presidente de Bolivia y menos ante el caso de una verdadera persecución política que ha llevado a prisión a la senadora y expresidenta de Argentina Cristina Fernández.
Por supuesto, estos verdaderos líderes populares no son del agrado de Estados Unidos por tener posiciones en defensa de la soberanía de sus naciones y jamás se arrodillaron a los pies de ese régimen imperial. Esa es la razón del por qué los altos funcionarios yanquis no acusan a los tribunales de esas naciones de llevar a cabo una cacearía de brujas y violar el Estado de Derecho.
Preciso fue José Martí al apuntar: “De la justicia no tienen nada que temer los pueblos, sino los que se resisten a ejercerla”.




