EE.UU. y Europa, amigos o qué

La noticia de la paridad monetaria entre el dólar y el euro hoy conmociona al mundo. Mientras los seguidores del mercado del dólar se congratulan, los perdedores de Bruselas se conforman con ser criticados.
Pero ¿dónde está el truco? Desde 2012 comenzaron los rumores de que EE.UU. espiaba a la entonces primera ministra de Alemania, Ángela Merkel. Se ha demostrado que así sucedió, e incluso que Dinamarca fue su cómplice. La economía alemana, motor de la europea, comenzó a deteriorarse. A esto le siguió el famoso Brexit, proceso mediante el cual el Reino Unido salió de la Unión Europea. Como en la pelota, dos “strikes” para el viejo continente.
Llega entonces la guerra de Ucrania y Rusia, rectifico, de EE.UU. vendiendo armas al mercado negro a través de Ucrania para activar su economía en crisis después de la COVID 19. Entonces se poncha la Unión Europea al servir de marioneta y convite en una fiesta dónde corre con los gastos y no se divierte. El gasoducto Nord Stream 2 significaba la independencia de Europa en el consumo energético a menos costos. Por consiguiente, había que sabotearlo, y apareció “la guerrita del pan duro”.
EE.UU. envía armas a Ucrania, que está revende en el mercado ilícito, con ganancia total. Impone sanciones comerciales a Rusia, confisca sus activos y en todo el esto Europa sirve de compinche perdedor, quebrándose su economía.
Entonces, ¿es que los dirigentes europeos son muy brutos o sirven a EE.UU. y no a sus naciones? Ante esta realidad, ¿qué comprar, euros o dólares? La decisión pasa por comprender que la fortaleza del dólar es tan efímera como la disponibilidad armas almacenadas y la culminación de la guerra con Ucrania, de que el orden y la dignidad europea se recompongan.
Ya le costó el cargo a Boris Johnson. Veremos caer a otros más si no controlan la inflación y el precio de los combustibles. ¿Qué le resta a Europa, en especial, a Alemania, su primera economía? Comprar gas y petróleo ruso, aligerar las sanciones para elevar su competencia, para así arrastrar a Europa en desvincularse de la guerra. Solo así recuperarán su libertad de los EE.UU. Entonces, EE.UU. y Europa son amigos o competidores comerciales que se manipulan y traicionan a conveniencia de sus intereses, y no de sus pueblos.