Se habla mucho en las redes sobre las causas que han permitido al dólar, en medio de tan complejo panorama económico mundial, alcanzar al euro, algo que no ocurría hace poco más de 20 años, desde que el segundo se adoptó como moneda oficial de la UE, en enero de 2002.
Las alarmas se disparan porque un cambio sólido de hasta 1.6 dólar = 1 euro a la paridad 1 = 1, en términos económicos, significa pérdidas millonarias. Todo ronda, alrededor del impacto bumerán de las medidas aplicadas contra #Rusia.
¿Pero qué consecuencias tiene sobre nuestro país? Hoy, cuando la economía mundial navega en las aguas turbulentas, salta a la vista un fenómeno. Como consecuencia del bloqueo de Estados Unidos, a Cuba se le prohíbe emplear el dólar en cualquier tipo de transacción internacional y nos vemos obligados a operar en otras divisas, fundamentalmente en euros. Si esta moneda se devalúa se necesitan más euros para pagar el mismo producto que en el mercado internacional se cotiza en dólares.
Un ejemplo para ilustrarlo mejor: Usted adquiría el producto «A», que costaba en el mercado internacional 150 dólares. Cuando el cambio estaba a 1.5 dólar = 1 euro, bastaban 100 euros para comprarlo, con el cambio 1=1, usted necesita la misma cantidad en euros, es decir, 50 euros más. Usted no produce ese papel moneda, sino que presta servicios y vende productos, ofertados obligatoriamente en euros, una moneda que cada día tiene menos valor. Se trata de un impacto negativo adicional a nuestras transacciones internacionales.
