Unión Europea, ¿blanco fortuito de EEUU?

La estrategia mundial estadounidense detrás del conflicto en Ucrania evidencia cada vez más que también tiene como blanco a la Unión Europea (UE), cuyos gobernantes parecen admitirlo.
Durante el conflicto en Donbas Estados Unidos ha intensificado la guerra económica contra Rusia, acompañada ahora por una participación casi directa en el conflicto.
Las más de 10 mil medidas unilaterales, incluidos 10 paquetes de sanciones de la UE, tuvieron un efecto bumerán, en especial para el bloque comunitario, pues incluyó un boicot a la compra de los hidrocarburos rusos, así como de fertilizantes.
Especialistas han intentado denunciar que uno de los propósitos detrás de las acciones de Estados Unidos al cerrar el nuevo gasoducto North Stream II, era
Compañías norteamericanas en su momento prometieron garantizar parte del gas licuado necesario para Europa, pero no pudieron satisfacer la demanda que llevó al alza de los precios de la energía y la inflación, con serias consecuencias socioeconómicas.
Además de reducir al mínimo uno de los motores impulsores del desarrollo de la UE, como lo es el gas natural ruso, Estados Unidos ideó el llamado Chip Act, que parece buscar otro golpe para disminuir la capacidad competitiva europea.
El Inflation Reduction Act o el Chip Act, aprobado en el verano pasado por el Congreso estadounidense, prevé inversiones en tecnologías verdes, energías renovables, transportes y ahorro energético.
Uno de los objetivos de ese documento es relocalizar en Estados Unidos fábricas de semiconductores en las actividades industriales, pero también estimular el traslado a suelo norteamericano de empresas foráneas relacionadas con la tecnología verde.
A diferencia de China, a Estados Unidos, a riesgo de ir a una guerra comercial con la UE por el Chip Act, le sería más difícil hablar de sanciones o guerra económica con sus socios europeos, pero el objetivo de reducir su influencia en el mercado parece ser similar.