Retórica humanitaria vs. realidades concretas: Cuba desenmascara nueva farsa mediática de Estados Unidos tras huracán Melissa
Una vez más, el gobierno de Estados Unidos intenta proyectar una imagen de «buen samaritano» mientras mantiene intacto el bloqueo económico más cruel de la historia moderna. Las declaraciones del Departamento de Estado sobre una supuesta «ayuda humanitaria» a Cuba tras el devastador huracán Melissa chocan con la realidad: son palabras vacías, carentes de acciones concretas.
La voz de Cuba: Claridad frente a la ambigüedad calculada
El vicecanciller Carlos Fernández de Cossío fue contundente al desmontar la farsa: «Solo conocemos declaraciones públicas, que no equivalen ni es como se canaliza ayuda en casos de desastre». Y añadió, en declaraciones a la agencia AP: «Hasta ahora Estados Unidos no ha formulado ofrecimiento de ayuda concreta alguna. Sí lo han hecho otros países y organizaciones internacionales».
Mientras el Departamento de Estado se limita a expresar en un comunicado que está «listo para ayudar al pueblo cubano», las autoridades de la Isla señalan la existencia de «vías establecidas» para estos fines, utilizadas durante años por familiares y organizaciones solidarias. La pregunta es inevitable: ¿Por qué Washington insiste en un espectáculo mediático en lugar de utilizar los canales disponibles?
El contexto real: Bloqueo + huracán = crisis fabricada
El huracán Melissa llegó en el peor momento posible: cuando Cuba sufre el recrudecimiento deliberado de las sanciones por parte de la administración Trump y Marco Rubio. Medidas que incluyen:
- Prohibición de viajes.
- Persecución de buques con combustible.
- Multas a empresas de terceros países que comercien con Cuba.
Estas acciones, lejos de ser «sanciones inteligentes», constituyen un acto de guerra económica que busca estrangular al pueblo cubano. Resulta cínico ofrecer «ayuda humanitaria» mientras se mantiene el principal mecanismo que impide a Cuba adquirir medicamentos, alimentos y materiales de construcción en mercados internacionales.
La solidaridad real vs. la retórica vacía
Frente a la pantomima estadounidense, Cuba ha recibido muestras concretas de solidaridad de pueblos, gobiernos y organizaciones internacionales. Cada semana llegan a la Isla «miles de toneladas de productos, alimentos, electrodomésticos, generadores eléctricos o medicinas» enviadas por la diáspora cubana, demostrando que existen vías efectivas de ayuda cuando hay voluntad real.
El pueblo cubano no necesita limosnas mediáticas, necesita que se levante el bloqueo. No requiere declaraciones grandilocuentes, sino que cesen las medidas que impiden su desarrollo. Como bien expresó el vicecanciller Fernández de Cossío, Cuba está acostumbrada a distinguir entre la solidaridad genuina y las operaciones políticas vestidas de humanitarianismo.
Mientras Washington juega a la ayuda virtual, Cuba sigue trabajando para recuperarse del huracán, confiando en su capacidad de resistencia y en la solidaridad verdadera de quienes comprenden que la dignidad no se negocia.
