¿Qué son los fondos buitre?

El modus operandi de los fondos buitres consiste en adquirir bonos o títulos de deuda pública de países endeudados o en default casi incobrables con alto riesgo a precios muy bajo a bonistas, casi entre el 30% y 20% de su valor nominal, y esperar el momento propicio para reclamar su valor nominal. En otras palabras, mediante la crisis financiera, los fondos buitre se arriesgan al comprar títulos de deuda de los países en una situación económica crítica a precio basura, para luego litigar en los foros internacionales e intentar cobrar la totalidad del valor.
Surgen en la década de los 80, cuando se llevó a cabo la desregulación financiera con la idea de reestructurar las deudas externas de los países. El resultado fue el surgimiento de fondos de capital riesgo que compraban bonos o títulos de deudas a precios muy bajos con el objetivo de iniciar poco después procedimientos judiciales, garantizando su rentabilidad a pesar de su costo y lentitud.
Los países pobres fueron las primeras víctimas, en la década de los 90. En el año 1992, el fondo Dart Capital demandaba a Brasil ante un tribunal, posteriormente México, Perú, Ecuador y Argentina, declarados en quiebra, eran denunciados ante los tribunales por algunos de sus prestamistas. En los años 2000, los países afectados fueron en su mayoría africanos: Camerún, República Democrática del Congo (RDC), República del Congo, Guayana, Etiopía, Liberia, Sierra Leona, Zambia, Sudán y Uganda.
En el año 2001, tenemos lo sucedido en Argentina. Este país incumplió pagos por 132 mil millones de dólares en préstamos mientras pasaba por una desastrosa depresión económica. Sin contar con recursos para pagarle a sus acreedores, este reestructuró su deuda en dos rondas de negociaciones. Se descontaron dos tercios del valor de los bonos, pero proporcionó un mecanismo para efectuar más pagos cuando la economía del país se recuperará. La mayoría de los tenedores de bonos, 93 por ciento, aceptó ese trato.
Entre la parte que rechazó el acuerdo estaban los inversionistas que compraron muchos de sus bonos con un enorme descuento, bastante tiempo después del cese de pagos del país. Estos inversionistas se ganaron el nombre de fondos buitre por comprar la deuda en un momento de gran dificultad. Entre algunas de las compañías involucradas se encontraba NML Capital, uno de los fondos buitres más conocidos, subsidiaria de Elliott Management, codirigido por Paul Singer, importante contribuyente del Partido Republicano.
Argentina por mucho tiempo se negó a pagar su deuda. Los fondos intentaron todo tipo de maniobras para cambiar esta decisión, lo que incluyó la detención temporal de la fragata Libertad, el buque insignia de la Marina argentina, en un puerto de Ghana.
Un fallo del juez de Nueva York, Thomas Griesa, en 2012, favoreció a los fondos buitre al tomar la decisión de que Argentina debía pagar el valor total de los bonos, lo que le costaría 4,65 mil millones de dólares. Esta decisión fue cuestionada por instituciones y personalidades que apoyaron la posición argentina de no pagar a los fondos buitres, entre ellas, la Asamblea General de la ONU, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, UNASUR, el FMI y el grupo Brics. Los presidentes de Brasil, México y Francia asumieron igual postura. Cuba también apoyó a Argentina. El gobierno de EE.UU. mostró su desacuerdo con la decisión del juez, en su caso por intereses propios.
En diciembre de 2012, la Cámara de Apelaciones del Segundo Distrito de Manhattan suspendió el fallo de Griesa y denegó la apelación de los demandantes. Mauricio Macri ordenó pagarles a los buitres a través de una operación nada transparente que aún se cuestiona en Argentina.
En el caso de Cuba, a partir del próximo lunes tendrá lugar en Londres una vista oral por una demanda presentada por un fondo buitre contra nuestro país en esa instancia. Ante la reclamación del ente, la parte antillana expone los procesos ilegales que se llevaron a cabo para la cesión de la deuda, que invalidan el proceso, según la legislación nacional e internacional. Sigue el actuar poco ético de este tipo de organización, que daña el normal desarrollo de las relaciones económicas internacionales.