fbpx
ESPECIALES

Pozo sin fondo: EE.UU., muerte escolar a balazos

Hace unas horas este lunes tres niños de 9 años y tres adultos fueron muertos a balazos en una escuela privada de enseñanza primaria en Nashville, EE.UU., con contradictorias versiones acerca del hecho, imputada a una mujer muerta luego por la policía, que entró al lugar disparando un rifle de asalto, o la preparación del hecho por individuos no identificados en las afueras del inmueble.

Este lamentable suceso hace que este 2023 sea un año que quizás supere un record al establecido el pasado 2022.

De acuerdo con información de Everytown foro Gen Safety, en los últimos años casi 4 000 niños y adolescentes fueron asesinados a tiros y 15 000 más heridos durante tiroteos. Se estima que al menos tres millones de niños en Estados Unidos están expuestos a tiroteos por año, mientras que las armas de fuego son la principal causa de muerte.

Tan sólo en lo que va de este 2023, se han registrado un total de 33 tiroteos en escuelas de Estados Unidos, de los cuales 13 corresponden a instituciones de educación primaria, las cuales están destinadas a menores de 12 años.

De acuerdo con cifras de Educación Web, en el 2022, se rompió el récord de tiroteos en escuelas de educación primaria, al registrarse 51 tiroteos, dando como resultado el deceso de 40 personas: 32 estudiantes y ocho adultos pertenecientes al personal escolar; además de dejar a más de cien heridos.

INSUPERABLE

Esta triste situación se presenta insuperable en Estados Unidos, debido a diversos intereses creados, detrás de los cuales está generalmente el lucro, sin importar el costo.

Hay gente muy interesada en evitar que se legisle en contra del porte de armas, y tratan de justificarlo, basándose en una enmienda constitucional, la cual, además de obsoleta, ha sido reforzado por entes que la han hecho inmutable sin que nadie ose enfrentarlos en esa nación considerada por sus tarifados medios como una hiperdemocracia.

La Segunda Enmienda dice que «al ser una milicia bien regulada necesaria para la seguridad de un estado libre, el derecho de la gente a portar armas no debe ser vulnerado».

Y aunque los activistas de control de armas apuntan a la cláusula introductoria como evidencia de que la enmienda estaba destinada principalmente a crear una milicia «bien regulada», en el 2008 un tribunal muy dividido concluyó que la Segunda Enmienda garantiza un amplio derecho a la posesión de armas de fuego que prohíbe la imposición de requisitos estrictos de registro de armas personales.

A pesar de que en los últimos años en el país se han producido varios tiroteos masivos, en EE.UU. se ha avanzado poco en las reformas de control de armas, especialmente a nivel federal, a pesar de que numerosas encuestas muestran un apoyo público generalizado hacia la implementación de medidas como una verificación reforzada de antecedentes y la prohibición de ciertos tipos de rifles de asalto.

NRA, COMO SIEMPRE

Como principal elemento para evitar el control, se halla la Asociación Nacional del Rifle (NRA), defendida a capa y espada por los más degenerados lobistas en el legislativo, descollando últimamente senadores y representantes anticubanos.

La Asociación Nacional del Rifle es uno de los grupos de interés más influyentes en la política de EE.UU., no solo por el dinero que gasta en presionar a los políticos, sino también por el nivel de compromiso de sus cinco millones de miembros.

La NRA se opone a la mayoría de las propuestas para fortalecer las regulaciones sobre armas de fuego y está detrás de los esfuerzos a nivel federal y estatal para revertir muchas restricciones existentes sobre la posesión de armas.

Además, ha gastado decenas de millones de dólares en contribuciones directas a políticos, así como en campañas de apoyo a mandatarios, como el del anterior presidente, Donald Trump.

Y, más allá de los números, la NRA es conocida en Washington como una fuerza política capaz de encumbrar o derribar incluso a los políticos más poderosos.

La asociación califica a los políticos según sus votos y utiliza sus recursos y los de sus miembros -tanto financieros como organizativos- para apoyar a sus más fieros defensores y derrotar a sus oponentes más tercos.

El Senado es el mayor obstáculo para el éxito legislativo del control de armas.

Los estados dominados por votantes de grandes ciudades, como Nueva York, Massachusetts o California, son superados en número por los estados rurales y del sur, con inclinaciones pro-armas.

Y las reglas del Senado también pueden frustrar los esfuerzos para promulgar una regulación de armas más estricta, gracias a un mecanismo que en EE.UU. se conoce como «filibustero».

Se trata de un obstáculo que implica que la mayoría de leyes importantes necesitan el respaldo de 60 de los 100 senadores para aprobarse, en lugar de una mayoría simple, que vendrían a ser 51 votos.

En el 2013, después del tiroteo en una escuela de Newton, Connecticut, parecía que los esfuerzos para fortalecer las verificaciones de antecedentes para comprar armas tenían el apoyo de ambos partidos en el Senado.

Sin embargo, el proyecto de ley recibió solo 56 votos a favor, cuatro menos de los necesarios para romper la obstrucción.

Desde entonces, ninguna medida de control de armas ha estado tan cerca de aprobarse. Y, por el momento, parece poco probable que el Senado apruebe el proyecto de ley de verificación de antecedentes aprobado por la Cámara, a pesar de que todo sugiere que una pequeña mayoría de senadores votaría a su favor.

Después del tiroteo de Newton, Connecticut, en el 2012, 21 estados aprobaron nuevas leyes de armas, incluida la prohibición de armas de asalto en Connecticut, Maryland y Nueva York.

Pero algunas de las leyes se han topado con otra barrera: el sistema judicial de EE.UU.

En los últimos años, el Tribunal Supremo ha dictaminado dos veces que el derecho a poseer armas personales, como pistolas, está consagrado en la constitución de EE.UU.

Desde entonces, los tribunales inferiores han tenido que considerar demandas contra las prohibiciones de armas de asalto, contra los requisitos de registro y contra las prohibiciones de portación visible, impuestas por algunos.

 LA ESTRATEGIA DE LA REACCIÓN

Quizás el mayor obstáculo para promulgar nuevas leyes de control de armas a nivel nacional es que los opositores tienden a defender sus creencias con fiereza, mientras que el apoyo a la nueva regulación tiende a ir y venir con cada episodio de violencia.

La estrategia de la NRA, y la de los políticos pro-armas, es esperar a que amaine la tormenta y retrasar los esfuerzos legislativos hasta que la atención se desvíe y el clamor se desvanezca.

Los políticos a favor de las armas de fuego ofrecen sus pensamientos y oraciones, observan momentos de silencio y ordenan que las banderas ondeen a media asta. Luego, en silencio, los esfuerzos legislativos se atrasan y, finalmente, son descarrilados.

Recuerda BBC Mundo que poco después del tiroteo de Las Vegas de octubre del 2017, la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, les dijo a los periodistas que «hay un momento y lugar para un debate político, pero ahora es el momento de unirnos como país».

«Hablaremos de las leyes sobre armas de fuego cuando pase el tiempo», dijo Trump luego.

Y como, dice la canción de la película Casablanca con un título parecido, todo sigue siendo la misma vieja historia.

Por: Arnaldo Musa

Redacción Razones de Cuba

Trabajos periodísticos que revelan la continuidad de las acciones contra Cuba desde los Estados Unidos.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba