Se le llama agorero a quien predice, sin fundamento, males o desdichas.
Para los enemigos del pueblo cubano, radicados en los Estados Unidos, sembradores del odio y el desprecio hacia sus conciudadanos, que vivimos aquí y aceptamos y defendemos un orden económico, político y social que, por voluntad propia, nos hemos querido dar, el año 2023 ha estado cargado de frustración y fracasos.
A pesar de su insistencia, sin duda, mayor a la de los años precedentes, dirigida a subvertir nuestro régimen social, acudiendo a un empleo abusivo y excesivo de las redes sociales, e incitando constantemente a la realización de acciones contrarrevolucionarias. ¿Qué lograron? ¡Nada!
Se han pasado todo el año lanzando convocatorias, para llevar a cabo protestas, actos terroristas, tomar locales gubernamentales, levantar barricadas, quemar autos, bodegas, tiendas, cañaverales, agredir, e incluso, matar policías, etc. Son tantas las veces y fechas que han lanzado sus convocatorias, que es difícil recordarlo. Las dos últimas, una para el 10 de diciembre, incluida una huelga general y otra, para despedir el año, fue tanto el barraje de propaganda y mensajes que llegaron al aburrimiento.
Algunos idiotas se lo toman en serio, como el individuo despistado, que procedente de La Florida, desembarcó en una moto acuática, por la costa norte de Matanzas, provisto de pistolas, cargadores y municiones, para apoyar los levantamientos que según sus mentores se llevarían a cabo en la Isla. ¡Qué tonto! Ahora está preso y sujeto a un proceso jurídico que, si bien se realizará conforme a lo establecido y con el debido proceso, no podrá escapar del peso de las leyes vigentes en el país. ¿Cuántos años de prisión les espera? Ya lo conoceremos.
No podemos olvidar que todo cuanto ellos hacen es para crear condiciones que faciliten una intervención directa de las Fuerzas Armadas norteamericanas en nuestro país. Que solo servirá para la destrucción de la nación, algo similar a lo que ocurre hoy con la invasión de Israel a la Franja de Gaza, con más de 22 000 muertos y una total destrucción de su infraestructura, su economía y sus condiciones de vida.
Sus acciones contra Cuba no encontraron ecos aquí, donde existe una inquebrantable unidad entre el pueblo y sus dirigentes, y una firme decisión de defender la Patria, la Revolución y el socialismo, al precio que sea necesario.
Para los agoreros que predijeron que este sería el año último de nuestro proceso revolucionario, la frustración no podría ser mayor, pues todos sus planes y pronósticos, solo merecen una trompetilla tan fuerte que perfore sus tímpanos.
Nosotros, celebramos por lo alto el fin de año y el 65 aniversario. ¡Aquí somos felices!
