Las intervenciones humanitarias

Toda la campaña mediática que los enemigos de la Revolución Cubana, desde el territorio estadounidense y otras partes del mundo, llevan a cabo contra nuestra nación, porque cometimos el pecado de decidir por nuestra propia voluntad ser libres, soberanos e independientes, se enmarca en la estrategia militar de los Estados Unidos, denominada “Guerra de cuarta generación”.
Este es un tipo de guerra que supone, para ellos, el menor gasto de recursos materiales y humanos y se basa en tres aspectos fundamentales:
a) La guerra económica, dirigida a vencer la resistencia de los pueblos por hambre y necesidades materiales de todo tipo.
b) El ataque a la reputación de las personas, grupos o países en los que se lleve a cabo, con el fin de desprestigiar y desacreditar al régimen y a sus principales dirigentes.
c) La subversión política mediante la propaganda, el sabotaje, la fabricación de líderes, creación de organizaciones y grupos que apoyen sus políticas, y también, sin el menor escrúpulo, se apoyan en grupos mafiosos, guerrillas, narcotraficantes, delincuentes y otros elementos desclasados de la sociedad.
El objetivo de todas estas acciones es el de crear condiciones que faciliten y propicien una “intervención humanitaria” de sus fuerzas armadas, que ocupen fácilmente el país y designen gobiernos títeres, que respondan a sus intereses.
El tiempo se ha encargado de demostrar el verdadero significado de estas intervenciones en los países donde se han ejecutado, solo veamos algunos ejemplos:
- Yugoslavia, 1999, dejó más de 140 mil muertos, enviaron al presidente elegido por el pueblo a la Corte Penal Internacional y un día apareció, misteriosamente, muerto.
- Iraq, 2003, dejó 133 mil 539 fallecidos, su pretexto de buscar armas de exterminio en masa que nunca aparecieron y la mal llevada y traída lucha contra el terrorismo.
- Haití, 2004, al presidente democráticamente electo lo montaron en un avión y lo enviaron al África.
- Libia, 2011, el que fuera un próspero país, con un alto índice de desarrollo humano, ha sido llevado a la desolación, la penuria y provocó más de 120 mil muertos, unos 200 mil heridos y cerca de medio millón de refugiados, además de haber servido de polígono de pruebas para nuevas armas de los EE.UU. y la OTAN.
Ninguna de esas intervenciones aportó nada en bien de esos pueblos. Hoy sus riquezas son saqueadas y no son libres ni soberanos y la democracia prometida ¿Dónde está? En resumen, ha sido mucho más el daño causado que la prosperidad anunciada y el bienestar prometido y nunca alcanzado.
Lo más triste es que, con los responsables de esos crímenes, nada ha pasado y de esos hechos, apenas si alguien se acuerda. Todo quedó en total y absoluta impunidad.
La mayoría de quienes promueven por las redes sociales las acciones subversivas contra nuestro país, fueron elementos que, aquí, cometieron hechos delictivos graves y hoy pretenden venderse como patriotas que quieren “una Cuba mejor”.