La guerra tecnológica que se nos hace: Ataques a la seguridad informática
Por Alfonso Alonso Franquiz y Eusebio Mariano Hernández
Abundan los antecedentes de las sucesivas espirales de la guerra no convencional, que el Imperialismo a escala global y en particular los Servicios de Inteligencia de los EE.UU., contra las distintas fuerzas integrantes del proceso revolucionario mundial (Países en etapa de construcción socialista, movimientos sociales, partidos comunistas, otras fuerzas progresistas y en países llamados del Sur, movimientos de izquierda donde destacan líderes de partidos nacionalistas y de las agrupaciones de los pueblos originarios, grupos étnicos africanos, asiáticos y latinoamericanos fundamentalmente.
Oponerse a todos los que puedan debilitar o comprometer el actual e injusto orden internacional y la dominación hegemónica mundial imperialista es prioridad en la agenda política de las principales potencias occidentales.
Esta guerra no convencional tiene un robusto apoyo de los gobiernos de turno, de los Congresos, sin importar la filiación partidista de la mayoría de sus integrantes, pues este es considerado un problema de Seguridad Nacional consustancial a la perdurabilidad del Sistema Político Ideológico Capitalista Neoliberal Global.
Este contexto se fue forjando luego de la Segunda Guerra Mundial, con el inicio del Nuevo Orden de las Relaciones Internacionales. Fue así que surgió el llamado mundo bipolar, la carrera armamentista incluso nuclear, y la Guerra Fría.
Desde el triunfo de la Revolución Cubana victoriosa en enero de 1959 hasta hoy son casi incontables ya las acciones de guerra no convencional aplicadas contra nuestro heroico pueblo.
En la actualidad estas actividades subversivas se han incrementado notablemente. Esto no ocurre por gusto, se trata de «matar el mal ejemplo» que el Imperialismo yanqui considera que significa la resistencia histórica del pueblo cubano a las agresiones, bloqueo reforzado, amenazas y chantajes diplomáticos, como incluirnos en la espuria lista de Países Patrocinadores del Terrorismo.
Desde el triunfo de la Revolución Cubana victoriosa en enero de 1959 hasta hoy son casi incontables ya las acciones de guerra no convencional aplicadas contra nuestro heroico pueblo.
En la actualidad estas actividades subversivas se han incrementado notablemente. Esto no ocurre por gusto, se trata de «matar el mal ejemplo» que el Imperialismo yanqui considera que significa la resistencia histórica del pueblo cubano a las agresiones, bloqueo reforzado, amenazas y chantajes diplomáticos, como incluirnos en la espuria lista de Países Patrocinadores del Terrorismo.
Cuba jamás ha necesitado la mentira para defender sus derechos y sus políticas soberanas. Los que mienten y buscan pretextos baladíes para justificar acciones encubiertas contra nuestro pueblo son los operadores políticos del imperio y sus aliados contrarrevolucionarios desde territorio norteamericano, también los que aquí secundan y ven con beneplácito los ataques a la Seguridad Nacional de nuestra Patria, incuso cuando conocen que están y estarán siempre condenados al fracaso ante la resistencia creativa, la unidad y la disposición de de la mayoría de nuestro pueblo de defender su Revolución victoriosa.