Hoy la ayuda solidaria a Cuba no es sólo un acto simbólico para desafiar el bloqueo
Formé parte de un equipo de activistas de solidaridad con Cuba que acaba de entregar aquí varias toneladas de ayuda médica que fue comprada y recolectada por Pastores por la Paz de IFCO. Las bolsas de lona con productos farmacéuticos necesarios serán llevadas a la isla con su delegación que va para la conmemoración del 26 de julio, para celebrar con el pueblo cubano el 70 aniversario del asalto al cuartel Moncada, que culminó en la Revolución de 1959.
En los kilómetros que recorrió nuestro camión pude reflexionar sobre todas aquellas caravanas de Pastores que comenzaron en 1992 y lo desafiantes que se mostraban en los pasos fronterizos, desafiando una y otra vez al gobierno de EE.UU. mientras exponían la crueldad del bloqueo que fue diseñado y explicado por el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Eisenhower, Lester Mallory en 1960, quien dijo en un memorándum secreto: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro, la única manera de socavar eso es provocar insatisfacción económica y penurias…. a través de todos los medios para debilitar la vida económica…negando a Cuba fondos y suministros con el objetivo de provocar hambre y desesperación…”.
Nada ha cambiado fundamentalmente en la política de EE.UU. hacia Cuba desde que se escribió ese plan.
El fundador y líder de aquellas primeras caravanas, el reverendo Lucius Walker, dio una orientación clara y consistente al decir primero que el gobierno de EE.UU. no puede decirnos quiénes son nuestros amigos, que el amor es nuestra licencia, y que nuestra ayuda es principalmente un desafío simbólico hacia el fin del bloqueo; exigiendo que Cuba pueda comerciar como cualquier otro país sin interferencias ni leyes draconianas en su contra.
La visión de Lucius Walker sigue siendo válida, pero la realidad de este nuevo periodo ha cambiado y nuestro movimiento de solidaridad tiene que adaptarse continuando llevando a más y más jóvenes a Cuba para que vean por lo que está pasando el pueblo cubano, manteniendo su dignidad y su apoyo a la Revolución. También tenemos que hacer una parte importante de nuestro trabajo organizando la ayuda material a través de esfuerzos de colaboración con el objetivo de tener un impacto real. Esto es una guerra económica y cada aspirina cuenta.
En un artículo que publicamos en Resumen Español; el teólogo, escritor humanitario brasileño y asesor del Plan Alimentario y Nutricional de Cuba Frei Betto, explica lo que está haciendo mucho más difíciles las condiciones de vida en Cuba, “en este momento son más evidentes los efectos de un conjunto de factores que ha golpeado duramente la vida de la población: el bloqueo genocida impuesto por EE.UU. hace más de 60 años; la pandemia; la crisis climática; y la guerra entre Rusia y Ucrania, proveedores de insumos, fertilizantes y turistas a la isla caribeña.”
Betto nos insta a todos a intensificar nuestros proyectos de ayuda material a nuestros objetivos porque los efectos acumulativos del bloqueo no pueden ser ignorados o estar en una lista de cosas por hacer.
Mientras tanto EE.UU. continúa con las grandes mentiras.
El 8 de julio la embajada de EE.UU. en La Habana emitió una declaración sobre ayuda médica en su cuenta de twitter que decía, aparentemente en respuesta a una pregunta, que: “¡Sí, se pueden importar medicinas a Cuba desde EE.UU.! El embargo de EE.UU. a Cuba permite la exportación de productos médicos de EE.UU., así como otros artículos de apoyo a la ciudadanía cubana. La licencia del Departamento de Comercio es fácil de obtener”.
A continuación, la embajada redobló la mentira diciendo: “¿Sabía usted que desde principios de año Estados Unidos ha aprobado casi 900 millones de dólares en exportaciones médicas a Cuba? Y el año pasado, más de 800 millones de dólares, duplicando la cifra para 2021. Esto demuestra que el embargo no debe servir de excusa para la falta de atención médica en Cuba.”
El vicecanciller cubano, Carlos Fernández de Cossío, no tardó en responder tuiteando de vuelta. “No, no es cierto que se haya eliminado o flexibilizado el bloqueo económico a los medicamentos. La exportación de estos a #Cuba sigue prohibida. Hacerlo requiere permisos condicionados políticamente y difíciles de obtener.”
Cossío continuó explicando de dónde proviene la ayuda que sí llega a Cuba: “Lo que se exporta consiste básicamente en ayuda solidaria gestionada, bajo grandes obstáculos, por amigos y personas con sentimientos de justicia, que enfrentan la hostilidad y el desprecio de grupos extremistas de la mafia anticubana que gozan de acceso y favores en Washington.”
Que EE.UU. se atribuya la ayuda entregada por grupos solidarios no es nada nuevo y en el pasado han sido tan descarados como para emitir licencias después de entregada la ayuda para atribuirse el mérito de algo a lo que se oponían.
Actualmente en EE.UU. hay varias organizaciones trabajando en importantes proyectos de ayuda a Cuba que merecen nuestro apoyo:
- IFCO Pastores por la Paz y su proyecto de ayuda médica en curso.
- El Proyecto Hatuey que tiene una nueva campaña para proporcionar medicinas y equipos específicamente para los niños cubanos con leucemia y linfoma.
- Global Health Partners que desempeñó un papel decisivo en la coordinación del envío de 6 millones de jeringuillas a Cuba durante la pandemia, y ahora está en una campaña urgente para enviar los escasos insumos de anestesia y suturas al principal hospital de cirugía traumatológica de La Habana.
- Puentes de Amor y Code Pink colaboran en el envío de leche en polvo a los 22 hospitales pediátricos de Cuba.