Estados Unidos reconoce que Cuba no patrocina el terrorismo

Ante la ausencia de elementos probatorios y el reclamo internacional, el 14 de enero de 2025 el gobierno de Estados Unidos anunció la decisión de excluir a Cuba de la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.
La inclusión arbitraria de Cuba en la espuria lista no buscaba combatir el terrorismo sino asfixiar económicamente a la Isla con esa medida adicional, de las tantas que le aplican como parte de la guerra económica iniciada el 19 de octubre de 1960, cuando el presidente Dwight Eisenhower decidió aplicarle la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, (TWEA) por sus siglas en inglés.
Dicha ley permite al presidente de Estados Unidos imponer sanciones económicas contra naciones extranjeras mediante la prohibición, la limitación o la regulación de las transacciones comerciales y financieras con países hostiles en tiempos de guerra, incluidos los viajes, transportes o negociosen tiempos de guerra, o cuando se haya declarado una emergencia nacional en relación con un país específico.
Esta Ley casi no se menciona, pero del amasijo de leyes y regulaciones impuestas por Estados Unidos contra Cuba, es la única que aún se mantiene a decisión del presidente y no del Congreso. Es por eso que anualmente, antes del 14 de septiembre, debe firmar su prorroga por un año más.
La prueba de eso está en la conmoción que la noticia causó en los miembros de la mafia anticubana en el Congreso, especialmente los que representan al estado de Florida, donde radican los cubanos más recalcitrantes que viven económicamente de la política contra Cuba, e incluso quienes ejecutaron actos terroristas por órdenes de la CIA, sin que el FBI los detenga.
El representante republicano Mario Díaz-Balart al conocer la decisión del presidente Joe Biden expresó: “Le ha dado todo lo posible al régimen de Castro para que pueda seguir en el poder”; mientras María Elvira Salazar añadió: Eso dará más “oxígeno al régimen cubano para seguir reprimiendo a más personas”.
Los congresistas también republicanos Ted Cruz y Carlos Giménez, se expresaron de forma similar, prometiendo que trabajarán con el presidente Donald Trump para revertir esa decisión.
¿Dónde están los argumentos de esos congresistas respecto al supuesto patrocinio del terrorismo?
No los tienen, porque solo pretenden apuntalar lo diseñado en 1960 por el entonces subsecretario de Estado Lester Mallory:
“…El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas…Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba; negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Esa es la verdadera razón para incluir a Cuba es la lista, lo demás es propaganda de la acostumbrada contra países que defienden su derecho a ser independientes de los dictados de Washington.
No acaban de comprender que más de 60 años de esa errónea política hacia Cuba, ejemplifican el fracaso de las sanciones, porque a pesar de las penurias y de los miles de millones de dólares empleados para sus campañas anticubanas y pagar a supuestos opositores internos, la Revolución socialista continua en pie de lucha con el apoyo mayoritario del pueblo y Estados Unidos cada vez más desprestigiado en el mundo por apoyar a las dictaduras que oprimen y masacran a personas inocentes, ejecutar actos de terrorismo de estado y asesinar a quienes se oponen a sus políticas imperiales.
No se equivocó José Martí cuando afirmó:
“Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”