Estados Unidos reconoce el impacto del bloqueo económico contra el pueblo de Cuba
El pasado lunes 6 de marzo demócratas y republicanos reintrodujeron un proyecto de ley para levantar ciertas restricciones del bloqueo a Cuba. Sus redactores buscan crear nuevas oportunidades de negocio para las empresas privadas estadounidense interesadas en invertir en la Isla.
Según lo escrito en el proyecto, los principales beneficiarios serían las empresas y agricultores estadounidenses. Además, busca impulsar las exportaciones a la Isla y permitir a los cubanos un mayor acceso a los productos norteños.
Los demócratas Amy Klobuchar, Chris Murphy y Elizabeth Warren se unieron a los republicanos Roger Marshall y Jerry Moran para presentar la iniciativa bajo el título Ley de Libertad para Exportar a Cuba con el objetivo de romper el cerco impuesto por Washington a Cuba desde hace más de 60 años.
Son varios los que dentro del gobierno estadounidense opinan que se debe poner fin al bloqueo por ser esta una política anacrónica e ineficaz, que no ha logrado su objetivo y ha terminado por desacreditarlos en el ámbito internacional.
A lo largo de los años el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto unilateralmente por EE.UU. contra Cuba ha evolucionado y endurecido. Comenzó con la cancelación de la cuota azucarera en el mercado estadounidense en junio de 1959, y se oficializó el 7 de febrero de 1962 con la aplicación de la Sección 620 de la Ley de Ayuda Extranjera, vigente desde septiembre de 1961.
Desde 1992, la Ley Torricelli concedió al bloqueo un alcance extraterritorial imponiendo sanciones a terceras naciones donde radiquen subsidiarias de empresas estadounidenses y a los barcos que comerciaran con Cuba. La Ley Helms-Burton lo recrudeció, internacionalizó y afianzó desde 1996.
Posteriores legislaciones impulsadas por las disimiles administraciones, como las leyes de presupuesto federal, incorporaron otras restricciones como la denegación de financiamiento a las ventas de productos agrícolas a Cuba y la negativa de viajes de ciudadanos estadounidense como turistas a la Isla.
En medio de la crisis provocada por el impacto de la pandemia, el expresidente Donald Trump adoptó una serie de medidas contra Cuba cuyo colofón fue la inclusión de Cuba en la lista de estados patrocinadores de terrorismo internacional, lo cual tiene efectos importantes en las relaciones financieras internacionales.
La ley de Libertad de Exportación busca derogar las restricciones legales que impiden a los ciudadanos estadounidenses comerciar con la isla. Incluida la de 1961 y otros estatutos que prohíben los nexos entre empresas administradas por Estados Unidos y Cuba, así como las limitaciones al envío directo entre los puertos de ambos países.
Según un informe de la Comisión de Comercio Internacional estadounidense si se levantan las restricciones al comercio las exportaciones como el trigo, el arroz, el maíz y la soja podrían aumentar en 166 por ciento en un lustro, para un estimado total de alrededor de 800 millones de dólares.
La congresista Amy Klobuchar ha expresado sobre el tema: “He presionado durante mucho tiempo para reformar nuestra relación con Cuba, que durante décadas se ha definido por conflictos del pasado en lugar de mirar hacia el futuro”.
Agregó además que, al poner fin al bloqueo de una vez por todas, la legislación bipartidista pasará la página de la fallida política de aislamiento y crearía un nuevo mercado de exportación generando oportunidades económicas para las empresas.
El republicano Jerry Moran estima que «el embargo comercial a Cuba impide que los agricultores norteños, ganaderos y fabricantes vendan en un mercado a solo 90 millas, mientras los competidores extranjeros se benefician. Por tanto, es hora de enmendar las leyes estadounidenses para dar a sus productores un acceso justo al mercado para los consumidores cubanos», consideró.
Las medidas aplicadas como parte del cerco económico han obligado a las empresas cubanas a recurrir a intermediarios para acceder a determinados productos. Esto provoca una elevación sustancial y antinatural de los gastos.
Según el último informe sobre el impacto a la isla del bloqueo las pérdidas provocadas ascendieron a tres mil 806 millones de dólares solo entre agosto de 2021 y febrero del 2022.
“Es tiempo de que normalicemos las relaciones con Cuba. Esta norma da pasos importantes para eliminar las barreras para el comercio y las relaciones entre los dos países y nos mueve en la dirección correcta al aumentar las oportunidades económicas para los estadounidenses y el pueblo cubano”, ha declarado Warren.
Sin embargo, el proyecto bipartidista mantendría las legislaciones que abordan puntos referentes a los derechos humanos o reclamos patrimoniales, por lo que estás leyes arbitrarias seguirán amenazando la soberanía cubana.