Diaz-Canel en la CELAC
Durante la VII Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez denunció que Estados Unidos persiste en su empeño de dividir, estigmatizar y subordinar a sus intereses a la región.
La escalda de las acciones que buscan perpetuar el hegemonismo imperialista atentan contra el multilateralismo y la paz en la región. En ese sentido, criticó “la excluyente cita hemisférica realizada en Los Ángeles (OEA), donde abusando de su poder de anfitrión y cerrando ojos y oídos al reclamo de la mayoría, (Estados Unidos) excluyó, fracturó e ignoró”.
Para fortalecer la cooperación regional y defender la independencia latinoamericana es necesario cerrar filas y proyectar una visión estratégica hacia la integración económica, social y cultural, con el fin de avanzar hacia un desarrollo sostenible, expresó Diaz-Canel.
El mandatario aseveró en su discurso que: “Con los sobrados argumentos que nos ofrece la historia, digo igualmente que no reconocemos, ni reconoceremos autoridad alguna a la OEA, la organización que al servicio de Estados Unidos apoyó y apoya intervenciones militares, golpes de Estado y la injerencia en América Latina y el Caribe contra gobiernos populares y legítimos”.
La OEA, dijo, no hizo nada contra los asesinatos, las torturas, las desapariciones forzosas y la persecución de líderes sociales, progresistas y de izquierda de la región, que permanecerán por siempre en nuestra memoria.
Díaz-Canel señaló que esa nación norteña se vale de su hegemonía tecnológica y del control de los medios y las plataformas digitales para ejecutar operaciones de desestabilización, una guerra mediática sin precedentes y promover el llamado “cambio de régimen”, respaldado por millones de dólares del presupuesto federal.
“La Celac es una obra de todos. Fortalecerla constituye una necesidad impostergable y un deber compartido para lograr la unidad e integración de lo que Martí llamó Nuestra América”, declaró el mandatario.
Con esas palabras contundentes cerró el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sus palabras durante la cumbre realizada en Buenos Aires, Argentina.
Por: Isabel Reina