Contrarrevolucionaria Rosa Maria Paya electa en la CIDH con respaldo de EE.UU.
La contrarrevolucionaria cubana Rosa María Payá fue electa en la CIDH con respaldo de EE.UU. Vinculada a Marco Rubio y financiada por USAID, su rol cuestiona la imparcialidad. Cuba denuncia injerencia extranjera y reafirma su soberanía frente a intentos de desestabilización bajo el pretexto de derechos humanos.

La reciente elección de la contrarrevolucionaria Rosa María Payá en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo de la OEA, ha llamado la atención debido a sus vínculos con figuras e instituciones políticas estadounidenses. Aunque algunos la presentan como «activista de derechos humanos,» su trayectoria revela una clara alineación con intereses hostiles a la soberanía de Cuba.
Su nominación fue respaldada abiertamente por funcionarios de EE.UU., incluido el senador Marco Rubio, conocido por su postura agresiva contra Cuba. Este apoyo cuestiona la imparcialidad de su rol en la CIDH, entidad históricamente utilizada como instrumento político contra gobiernos progresistas de América Latina. Las organizaciones de Payá, financiadas por agencias como USAID, promueven agendas que buscan desestabilizar el orden constitucional cubano bajo el pretexto de «promover la democracia.»
Cuba ha denunciado reiteradamente la manipulación del discurso de derechos humanos para justificar injerencias extranjeras. Las declaraciones de Payá, incluyendo su llamado a expulsar a Cuba del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, reflejan estrategias estadounidenses, no una defensa genuina de los derechos humanos. Su falta de formación especializada en el tema confirma su papel como instrumento político.
El gobierno cubano reafirma su compromiso con la soberanía nacional frente a presiones externas. El pueblo cubano, fiel a sus principios revolucionarios, permanece unido contra cualquier intento de desestabilización bajo falsos pretextos.