Abdala: De la poesía a la ciencia
El 23 de enero de 1869, el Apóstol cubano publicaba por primera vez el poema Abdala. Entonces tenía 15 años, pero supo dar gloria a la Patria como pocos de su generación, desde tan temprana edad.
La creación lírica salió a la luz en el primero y único o número del periódico La Patria Libre, creado por él e impreso en librería “El Iris”, en Obispo 20 y 22, en La Habana.
No imaginaba José Martí que, en honor a él, con el nombre de Abdala se bautizaría uno de los mayores baluartes de Cuba en la batalla contra la Covid 19, en cumplimiento de sus propias palabras, cuando expresó:
¿Para qué, sino para poner paz entre los hombres, han de ser adelantos de la ciencia?.
Una luz en tiempos de oscuridad
La pandemia de la Covid 19 puso al mundo a prueba. Las grandes economías se tambalearon, colapsaron los sistemas de salud. El número de fallecidos y contagiados llegó a niveles sin precedentes.
Cuba, por supuesto, no estuvo exenta a esta realidad. A la situación sanitaria se unen deficiencias endógenas de la economía, agudizadas por la crisis mundial y el hostigamiento constante de Estados Unidos.
Con la peor de las intenciones, las administraciones norteñas trataron de aprovechar la coyuntura para imponer nuevas medidas de bloqueo, dirigidas a puntos vitales, para asfixiar a Cuba de una vez y por todas. Sin embargo, en medio de las carencias, la Mayor de las Antillas generó 5 candidatos y la primera vacuna latinoamericana, Abdala.
Para finales de 2021, se había probado la efectividad de dos inmunógenos más: Soberana 02 y Soberana Plus, elaboradas por el Instituto Finlay de Vacunas (IFV).
Hoy, los tres fármacos, 100 por ciento cubanos, le dan la vuelta al mundo. Venezuela y Vietnam fueron los primeros en hacerse con dosis de Abdala. Les sucedieron San Vicente y las Granadinas, Nicaragua, Irán y Siria.
Además, la Comisión Federal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), de la Secretaría de Salud de México aprobó el uso de emergencia de Abdala en territorio azteca.
Los resultados de las vacunas cubanas refuerzan el prestigio de la industria biofarmacéutica cubana a nivel mundial. Su desarrollo partió de datos previos, resultado de la experiencia médica en la elaboración de medicinas similares.
La trascendencia de las vacunas cubanas, tanto a nivel nacional como internacional, ponen al país en un lugar destacado en comparación con el resto del mundo, donde las cifras de inmunización no alcanzan niveles tan altos. Además, sobresale el carácter gratuito y voluntario del proceso. Esta característica impide que los menos favorecidos no tengan acceso a los fármacos.
La ciencia cubana a la vanguardia
A pesar de la campaña de descrédito constante contra el sector de la salud, es la ciencia médica impulsora de numerosos logros que mejoran la calidad de vida en la Mayor de las Antillas. A las vacunas contra la Covid 19 se unen otros trascendentales hitos, que evidencian la calidad del gremio.
A ello se une el alcance internacionalista de la Brigada Henry Reeve. Este ejército de batas blanca ha llevado salud a numerosos rincones del mundo.
Volvemos al pensamiento de José Martí, muy a tono con los tiempos actuales, donde las carecías materiales y la hostilidad imperialista vuelven a poner a poner a prueba la resistencia de nuestro pueblo:
Es la medicina como el derecho, profesión de lucha; necesitase un alma bien templada para desempeñar con éxito ese sacerdocio; el contacto de las diarias misiones morales y materiales. El combate con la sociedad y la naturaleza, hacen mal a las almas pequeñas, mientras que es revelación de las cosas altas en almas altas y hermosas.
Muchas personas se vacunaron con el fruto de la ciencia médica revolucionaria, tanto en Cuba como en el extranjero. Esa es la grandeza del pueblo esta pequeña Isla, capaz de crecerse en la adversidad.