Operación Verdad; hoy tan necesaria como ayer

“Los que creyeron que después de nuestras victorias militares nos iban a aplastar en el campo de la información, en el campo de la opinión pública, se han encontrado con que la Revolución Cubana sabe también pelear y ganar batallas en ese campo…”
Fidel
En enero del 1959, hace ya 65 años, los profesionales de la prensa honestos y dignos de aquella época, guiados por Fidel y con el apoyo del pueblo cubano, iniciaron una batalla contra la desinformación.
No había transcurrido un mes del triunfo de la Revolución cuando comenzó la primera gran campaña de mentiras, calumnias y difamación contra Cuba, organizada desde territorio de los Estados Unidos. Asumieron un papel protagónico en ella, las agencias noticiosas norteamericanas Associated Press y United Press, la Sociedad Interamericana de Prensa, varios congresistas y el propio gobierno de los Estados Unidos.
El pretexto utilizado fue la decisión tomada por el Gobierno Revolucionario de juzgar a los más notorios y sanguinarios oficiales del ejército de la dictadura de Batista, que en 7 años causaron la muerte de más de 20 000 cubanos.
En los tribunales revolucionarios todos los acusados tuvieron garantizados sus derechos legales, incluyendo por supuesto, el de apelar las sentencias que estos les dictaron ante un tribunal de apelaciones, el cual daba el fallo final. Solo fueron condenados a la pena de muerte aquellos a los que fue probada su culpabilidad en asesinatos y torturas de campesinos, obreros y estudiantes. Uno que resaltaba por sus crímenes fue Jesús Sosa Blanco, quien asesinó en una sola tarde a más de 45 campesinos.
Pero los enemigos del pueblo cubano frustrados y llenos de odio por la victoria revolucionaria lanzaron una campaña de descredito contra sus dirigentes, acusándolos de: realizar supuestas matanzas, sumir a Cuba en un baño de sangre, de inhumanas torturas, etc.; todo ello, cínicas mentiras.
A esa campaña Fidel respondió con la Operación Verdad. Fueron invitados a visitar Cuba, periodistas de Estados Unidos y América Latina para que viesen con sus propios ojos lo que acontecía en el país.
El 21 de enero, frente al antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, Fidel habló al millón de cubanos allí congregados y a los periodistas invitados sobre la campaña orquestada contra Cuba.
En un momento de su intervención, expresó: “Los que estén de acuerdo con la justicia que se está aplicando, los que estén de acuerdo con que los esbirros sean fusilados, que levanten la mano (la multitud levantó la mano unánimemente). Señores representantes del cuerpo diplomático, señores periodistas de todo el continente, el jurado de un millón de cubanos de todas las ideas y de todas las clases sociales, ha votado”.
El mundo pudo palpar el apoyo del pueblo a la Revolución y a la justicia revolucionaria.
« «Yo no tengo que rendir cuentas a ningún congresista de los Estados Unidos ni a ningún gobierno extranjero», «Yo les rindo cuentas a los pueblos, en primer lugar a mi pueblo…»».
Fidel.
Al día siguiente, el Comandante en Jefe se reunió durante varias horas con los 380 periodistas que nos visitaban, entre ellos Jules Dubois, del Chicago Tribune, el cual luego se conoció era coronel de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Los invitó a hablar con el pueblo, a ver la realidad de Cuba, a conocer la verdad, les explicó que, lo que se pretendía era evitar la propagación de las calumnias. Respondió a todas las preguntas que se le hicieron sobre los juicios a los criminales de guerra, y otros temas. Así Fidel enfrentó y derrotó junto con dignos y honrados periodistas cubanos y el apoyo del pueblo, aquella campaña de descredito.
La Operación Verdad, fue la primera gran batalla de la Revolución contra lo que pudiera catalogarse como una operación de desinformación que, dado el empecinamiento de nuestros enemigos de destruir la obra revolucionaria a cualquier precio y sus pérfidas y antiéticas características, hemos tenido que continuar librándola ininterrumpidamente hasta nuestros días.
Ayer usaron las agencias cablegráficas, revistas y periódicos para llevar a cabo tan reprobables acciones, hoy aprovechan el desarrollo de las infocomunicaciones para esparcir la bilis de su odio y sus falsedades sobre el país del que temen sus ideas y ejemplo, utilizando la internet y dentro de ella prioritariamente a las redes sociales para estos fines.
El espacio virtual es el principal escenario donde en estos momentos se libra la batalla contra las difamaciones, calumnias, tergiversaciones y manipulaciones de la historia e intentos de descredito de los principales dirigentes de la Revolución que, las retorcidas mentes imperiales y sus lacayos internos y externos pretenden presentar como verdades al pueblo cubano y a la opinión pública internacional.
Pero, parafraseando al poeta español Antonio Machado les decimos a quienes pretenden hundirnos en el descredito y la desesperación: sus mentiras disfrazadas de verdades, no, la verdad, esa que nos pertenece y que tal como afirmara Fidel, no existe en el mundo fuerza capaz de aplastarla, sus embustes guárdenselos.