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USA abominable: Entre «zombis» y niños secuestrados

Ningún país del Tercer Mundo u otro, incluso de los que llaman industrializados, presenta cifras tan altas de hechos tan deleznables como el secuestro de niños en Estados Unidos, y que este año tiende a romper la cifra promedio ascendente a 800 000, de los cuales 160 000 pierden la vida.

Lo más reciente y que llamó poderosamente la atención ocurrió en Cleveland, Ohio, donde en unos días fue reportada la desaparición de 27 personas de entre 12 y 17 años, recoge Fox News.

«Siempre hay picos de personas desaparecidas, pero este año parece extraordinario», afirmó el jefe policial de Newburgh Heights, John Majoy, y agregó que «por alguna razón», en lo que va de 2023, hubo «muchos más» casos de los que se observan «normalmente». «Es preocupante porque no sabemos qué está pasando con algunos de esos niños, si están siendo traficados o si están involucrados en actividades de pandillas o drogas», expresó.

«Es un delito silencioso que se comete delante de nuestras narices. El problema es: ¿dónde están?, ¿a dónde van?», sostuvo el efectivo, y evaluó que pueden estar siendo sometidos al tráfico de drogas, a las pandillas o a las redes de prostitución. En ese sentido, comentó que cuando los adolescentes están desesperados buscan protección en las bandas delictivas, lo que suele derivar en que cometan delitos de iniciación, como robos, prostitución, o se vuelvan adictos a los estupefacientes.

Aunque es un fenómeno mundial, Estados Unidos y la ciudad de Miami no escapan a las horrendas estadísticas sobre esta materia, admite The New Herald, que achaca a otros países lo que ha ocurrido en la tierra del Tío Sam: mujeres con criaturas fallecidas en sus brazos, que han resultado estar rellenas con drogas.

En Estados Unidos no se conoce con certeza cuántos niños han sido vendidos ilegalmente a parejas infértiles, ni los que han sido «exportados» a otros países. Adicionalmente, el FBI señala que cada 40 segundos un niño es reportado como perdido en EE.UU. Este hecho es de tal magnitud, que el segundo negocio más lucrativo allí es el tráfico humano, solo superado por las drogas.

Miami es la segunda ciudad del país con más tráfico humano de un total de cuatro millones, y de estos, 1,2 millones son menores de edad. 

Se conoce que en Estados Unidos existen 2,8 millones de niños desamparados, de los cuales 920 000 son reclutados por proxenetas y traficantes a las 48 horas siguientes de quedar en esa condición. De esta cifra, unos 690 000 se calcula que están en Miami. Por eso se dice que, de cada tres adolescentes en las calles del sur de Florida, uno termina en prostitución en los próximos dos días.

No solo en Filadelfia

Algunos recordarán posiblemente aquella película protagonizada por Robert Downey Junior en la que se mostraba el mundo infrahumano existente en los subterráneos neoyorquinos, donde mal habitan decenas de miles de personas que no saben ya ni que existen.

Ahora se ha formado una especie de conmoción por la aparición —que realmente es de hace mucho— de un sitio en la ciudad de Filadelfia donde miles de personas tienen un comportamiento pareado al de los zombis, trashumantes que van y vienen y no saben dónde están.

La noticia llega como nueva, y subrayo, esto ocurre en todas partes del mundo, pero es en Estados Unidos, esa nación «ensoñada», donde abunda más, a pesar de que se trata de ocultarlo por todos los medios.

Para el periódico colombiano El Tiempo, el susodicho barrio filaderfiano parece sacado de una película de terror, pues sus habitantes caminan como zombis, sus calles están repletas de basura y la inseguridad es la reina de la zona. Esto se debe a que la mayoría de las personas son consumidoras de heroína o el fentanilo, y por esa razón deambulan sin saber a dónde ir.

Estamos hablando de Kensington Avenue, un barrio del que hay imágenes espeluznantes en internet. Aunque recientemente se ha hablado más de este tema, no es una situación nueva para la ciudad, pues en el 2017 la londinense BBC declaró la calle de Kensington como el «Campamento de drogadictos al aire libre».

Según la revista Forbes, como siempre, para desviar la atención, este barrio tiene herencia inglesa e irlandesa, considerado un estandarte de la clase trabajadora. Sin embargo, existe un gran problema y es el consumo de drogas, pues se han visto casos de sobredosis hasta en los baños de las bibliotecas públicas. Además, la pobreza y la prostitución también se ven en esta zona de la ciudad.

«Se inyectan agujas en brazos, cuello y entre los dedos de los pies. Cojean y cabecean. Algunos están tirados en el suelo y parecen estar muertos», describió The New York Times.

En las calles de Kensington Avenue, se suele ver el fentanilo fabricado ilícitamente, que se distribuye en mercados de drogas ilegales por su efecto similar al de la heroína. Además, este suele ser añadido a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que las más económicas se vuelvan más potentes, más adictivas y más peligrosas.

Según el medio La Razón, las organizaciones vecinales del barrio han denunciado en numerosas ocasiones la permisividad que tiene el mercado de la droga en el distrito, pues aseguran que las autoridades no actúan contra los puntos de venta de barrio y sí lo hacen contra los consumidores.

Por otro lado, destacan que ellos viven un «racismo institucional», pues la mayoría de los residentes son latinos o de raza negra. «Seamos claros: el esfuerzo de contención de gran éxito en Kensington es el racismo sistémico en acción», comentó el presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio, Eduardo Esquivel.

Y mientras el Estado permanece de brazos cruzados ante este tipo de situación que ocurre abiertamente o no en numerosas ciudades de Estados Unidos, unos hallan que es el mejor método para «limpiar la raza blanca», eliminando elementos adversos, conminándolos a una muerte lenta, profiláctica para los más reaccionarios, que son muchos en esa nación «democrática».

Redacción Razones de Cuba

Trabajos periodísticos que revelan la continuidad de las acciones contra Cuba desde los Estados Unidos.

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