¿Por qué es necesaria la asistencia de Cuba a eventos internacionales?

Fidel, Raúl Roa, el Che… Larga es la tradición de la presencia del gobierno cubano en la arena internacional, en defensa de las causas justas y la independencia de los pueblos del mundo. Desde el triunfo revolucionario, la diplomacia antillana ha cumplido con el encargo de exponer la verdad de la Isla ante la comunidad internacional. Esta tarea resulta imprescindible en medio de la intensa campaña de difamación que sufre el proceso revolucionario desde su surgimiento.
Cuba ha sabido cumplir con sus deberes internacionales de manera excepcional. Si realizamos un análisis de los discursos e intervenciones de nuestros representantes, se aprecia el matiz antimperialista, contrahegemónico y de condena enérgica a las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo. Un ejemplo reciente es la solidaridad de nuestro país ante el genocidio del pueblo palestino a manos de Israel, como mismo en su momento se manifestaron los funcionarios cubanos en la lucha contra el colonialismo en África.
En un mundo donde las transnacionales informativas sirven noticias en bandeja, siguiendo los intereses de los más poderosos, donde la guerra cognitiva nos dicta cómo debemos pensar, los cónclaves dan a un país pequeño y bloqueado como Cuba una oportunidad inigualable de poner en agenda temas de interés de su pueblo. Entre ellos destacan, de manera recurrente, el impacto del bloqueo en todos los aspectos de la realidad nacional y la injusta inclusión de nuestro país en la espuria lista de naciones patrocinadoras del terrorismo.
Sin estas plataformas, ¿cómo sabría la comunidad internacional de las penurias que sufre el pueblo cubano por causa de la persecución política y económica? Si Cuba ha logrado el apoyo de la inmensa mayoría de los países del mundo no ha sido a golpe de silencios, sino obrando de manera ejemplar, brindando su mano solidaria a quien la necesita, y sosteniendo la enérgica denuncia ante quienes amenazan su soberanía.
Debido a la trascendencia del papel de nuestro país y la reputación ganada, por encima del descrédito pagado desde Estados Unidos, la nación caribeña ha desempeñado la presidencia de varios organismos internacionales. El Grupo de los G77+China ha sido uno de los últimos ejemplos exitosos.
Eventos como la reciente Cumbre de Cambio Climático, donde el presidente dignamente nos representa, se convierten en espacios para la creación de consenso en torno a temas claves para el devenir mundial. Para Cuba, como para otras naciones, también representan un contexto propicio para estrechar nexos con hermanos del mundo, que resultan en acuerdos palpables, en las esferas económica, política y social.
Poner los ojos en fuera no significa desligarse de la situación interna del país. Ambas realidades conforman un todo en constante movimiento.
El Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, otorgaba suma importancia a defender la verdad de Cuba ante el mundo. Recordemos y hagamos nuestras sus palabras, cuando expresó, el 26 de diciembre de 1960, en la sede de Naciones Unidas.
“¿Qué defensa le quedaba a Cuba frente a esa realidad? Acudir a la ONU, acudir a la ONU para denunciar las agresiones políticas y las agresiones económicas, para denunciar las incursiones aéreas de aviones piratas y para denunciar la agresión económica, amén de la interferencia constante del gobierno de Estados Unidos en la política de nuestro país, de las campañas subversivas que realiza contra el Gobierno Revolucionario de Cuba”.