Policías y amigos del mismo barrio

Últimamente he escuchado por las redes sociales comentarios sobre la actuación en el servicio de los policías cubanos. Me he sentido molesto por las mentiras y elementos expuestos que no tienen fundamento. Yo, miembro de ese cuerpo de oficiales, uso mi uniforme de policía, con mucha honra y orgullo. Soy hijo de campesinos, pudiera ser de un obrero o de un intelectual.
Mi escrito va dirigido a todos los fuimos socios del barrio, compartimos sueños y los policías eran nuestros amigos.
Soy de cualquier reparto de Cuba, de los amigos que jugábamos juntos a la pelota y éramos parejas en el dominó. Quizás hasta compartimos un trago. En los días de apagones nos poníamos a dar «chucho» en la esquina, ¿Te acuerdas?
¿Recuerdas cuando te fajaste con los muchachos de al doblar, que eran mayores que tú? Sin pensarlo dos veces me metí a defenderte, porque lo vi necesario, porque eras mi amigo del barrio, porque sentía la necesidad de ayudarte.
Recuerdas cuando tu mamá llegaba tarde a la casa del trabajo y comías en la mía. Y cuando íbamos juntos a la casa de estudio.
Me acuerdo como si fuera ahora mismo cuando terminamos el pre universitario y debíamos decidir por nuestro futuro. Tú preferiste vincularte a un tipo que se dedicaba a vender ropa y por el día dabas viajes en un riquimbili. Yo decidí por la vida militar.
Hoy soy policía, con una carrera universitaria, algunos me criticaron. Y si me dieran a escoger, seguiría siendo agente de orden público.
Nosotros seguimos conviviendo en el barrio, compramos el pan en la misma panadería, donde muchas veces coincidimos cuando niños, monto igual que tú la guagua, paso el mismo calor, aunque siempre cuidando de mi uniforme no se me estruje, pero con un compromiso con mi pueblo que nadie me lo quita.
Entre mis responsabilidades está protegerte, a ti y a los tuyos, mantener el orden, cuidar de la tranquilidad ciudadana. Evitar que alguien venga a hacernos más daños del que ya sufrimos, por los ya sabidos males del bloqueo.
No me agredas, no veas en mí lo que no soy, amo mi país, estoy seguro que igual que tú, no veas en mí un enemigo, yo sigo siendo el amigo del barrio que jugábamos juntos, pero hoy con nuevas tareas. No te has puesto a pensar que cuando descansas yo estoy de guardia cuidando el sueño de todos.
No te dejes engañar, el enemigo todo el tiempo trata de manipular y tergiversar nuestras razones y nuestras verdades, no seas quien le haga el juego. Entre sus objetivos está dañar mi imagen. La imagen que tenemos desde niño, que el policía es mi amigo.
Mis medios técnicos son para defenderte y defenderme de aquellos que nos desean el mal. No te sumes a los que intentan agredirnos. Yo soy tu amigo. Soy parte de ti y seguimos en el mismo barrio.