Nacido del pueblo y para el pueblo
Hoy quiero dedicar esta publicación a un grupo de héroes de azul que día a día demuestran la importancia de su trabajo para el bienestar del pueblo de Cuba. Nuestros policías, quienes día a día, sin horario, sin importar el cansancio o las largas horas de trabajo, se mantienen firmes junto al pueblo para contribuir a la tranquilidad ciudadana y el orden interior.
¿Quién puede dudar de la función de un policía? Bueno, sí sé quiénes: Esos que no quieren trabajar y se dedican a robar los bienes del Estado o de nuestros ciudadanos. Los inescrupulosos que lanzan piedras a guaguas o a centros de salud. Quienes dañan los parques escribiendo carteles sin sentido o dañando el patrimonio de nuestro país que día a día tratamos de preservar.
Camino por las calles junto a ti, pueblo querido. Veo a los policías siempre con la mirada en alto y el pecho erguido. Los he visto como ayudan a cruzar la calle a impedidos físicos o ancianos, parar a los infractores del tránsito que en estado de embriaguez se ponen a conducir, entre otras conductas acordes a su profesión.
Ese es el policía, el que tiene el arte de prever siempre por nuestro bienestar, el que también está largas horas de pie vigilante. Después de largas jornadas de trabajo los veo en el barrio en una reunión del CDR, como uno más del pueblo, sin aires de grandeza y con el mismo nivel de vida que yo, obrero de este país, puedo tener.
Algunos, quizás sin conocer, piensan que no tienen un elevado nivel cultural. Puede que sea cierto en algunos casos, como también pasa en otras profesiones. Los que conozco son seres humanos muy educados, con una buena preparación en su profesión, con estudios incluso universitarios. Si algo los caracteriza a todos es la cualidad de estar dispuestos a dar su vida por la Patria y por nosotros.
Pienso que les debemos un respeto a todos. Debemos sentirnos orgullosos de la Policía Nacional Revolucionaria que tenemos. Si a usted alguno no le cae muy bien, revise sus razones. ¿Estará cometiendo alguna conducta social inapropiada? Entonces ya está claro de quién son las responsabilidades.
Desde mi modesta posición de ciudadano cubano, que sé que es la de muchos, felicito a esos hombres y mujeres que dejan sus vidas a un lado por preservar la nuestra, personas de pueblo a las cuales día a día debemos rendir nuestro más grande agradecimiento.