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Marco Rubio: Un estreno diplomático lleno de fallos (Parte 2)

Marco Rubio, al intentar ejercer presión sobre el presidente panameño, José Raúl Mulino, se vio envuelto en un fiasco diplomático que ha complicado aún más las relaciones entre Ciudad de Panamá y Washington. Su deseo de demostrar eficacia y rapidez ante Trump lo llevó a extralimitarse, resultando en un claro fracaso en su misión.

El presidente estadounidense se ha visto obligado a intervenir para reparar los daños provocados por su Secretario de Estado, quien no logró cumplir con la tarea asignada.

Durante su visita a Guatemala, Rubio intentó recuperar la imagen de su gira. En un intento de presentar su viaje como un éxito, destacó la aceptación de deportados por parte del gobierno de Bernardo Arévalo. Sin embargo, este esfuerzo parece ser más un intento de desviar la atención de su tropiezo en Panamá que un verdadero logro diplomático.

No hay nada inusual en que Guatemala reciba deportados; los acuerdos migratorios entre el país centroamericano y Estados Unidos han estado en vigor durante mucho tiempo, haciendo que las deportaciones sean un proceso rutinario.

¿Una salida en Venezuela?

La pomposidad mostrada en Guatemala y su reunión con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, donde se formalizó un acuerdo para trasladar delincuentes deportados desde EE.UU. a cárceles en El Salvador, no lograron restaurar la percepción de un debut exitoso.

Ante esta situación, Rubio recurrió a su tema favorito: Venezuela. Durante una conferencia de prensa en su visita a la República Dominicana, reiteró los argumentos habituales contra el país, acusándolo de colaborar con el «terrorismo».

Sin embargo, en un desliz que podría interpretarse como una señal de su preocupación por la reacción de Trump, el Secretario de Estado afirmó: «No creo que haya un cambio en esos países de aquí a diciembre». Esta declaración fue un duro golpe para la extrema oposición venezolana, ya que sugiere que el principal patrocinador del cambio de régimen está más enfocado en mantener su posición que en la «causa de la libertad».

Según el Financial Times, Trump considera a la oposición venezolana como «perdedores». Rubio es consciente de que manifestar un apoyo abierto a figuras como María Corina Machado y Edmundo González no es viable, pero aún así intenta redirigir la atención hacia las preocupaciones más urgentes del presidente estadounidense.

Al concluir su gira, Trump no ha hecho comentarios positivos sobre Rubio ni ha elogiado los «logros» alcanzados. De hecho, será el propio Trump quien tendrá que asumir la responsabilidad de las gestiones que quedaron pendientes en Panamá. Además, ha nombrado a Rubio como administrador interino de la USAID, una institución que ha defendido durante años, lo que implica enfrentar sus propias contradicciones.

Rubio ha comenzado su mandato con el pie izquierdo, fracasando en su debut y encontrándose limitado en su capacidad. Se ve obligado a sacrificar sus planteamientos más beligerantes para alinearse con la filosofía MAGA, en un intento por ganarse la confianza de su jefe. Con el estilo característico de Trump, que no duda en expresar su descontento, se vislumbra una posible tormenta en el horizonte.

Marco Rubio parece estar siguiendo un camino similar al de Rex Tillerson. Solo el tiempo dirá cómo se desarrollarán los acontecimientos.

Redacción Razones de Cuba

Trabajos periodísticos que revelan la continuidad de las acciones contra Cuba desde los Estados Unidos.

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