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Siglo XXI

La huelga es un arma de lucha del proletariado

Es interesante cómo los aprendices de burgueses se empeñan en tergiversar categorías políticas y sociales, tales como: democracia, libertad y derechos humanos, por solo citar tres ejemplos.

Ahora también la emprenden con una de las formas de lucha del proletariado mundial: la huelga, en sus más variadas formas. Tratan de crear el detonante de una situación más compleja en Cuba.

Cuando en los primeros meses de la Revolución cubana en el poder, los obreros pensaron en emplear este recurso para exigir sus demandas, fue el Ché quien los convenció, de que en el Capitalismo era imprescindible hacerlo, porque el obrero no tenía ningún derecho y era explotado para beneficiar a unos pocos, pero en el Socialismo, donde prevalece la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, ¿a quién se le va a protestar, a uno mismo? No tiene la menor lógica.

Claro, esta realidad exige afinar todos los mecanismos de consulta, de recepción y análisis de los estados de opinión, reclamos, quejas y acusaciones de la población para que sean eficaces.

Pero los incidentes acaecidos en últimos dos años no responden solo a insatisfacciones de diferentes sectores de la población. De lo contrario, nuestros enemigos no disfrutarían tanto cada hecho. Precisamente los que atizan y celebran estos desórdenes nos mantienen bloqueados, por más de 60 años, buscando la desesperación y la ingobernabilidad en el país.

Además de que la lógica indica lo irresponsable de este proceder, nuestros dirigentes, tanto los históricos como los presentes, no se lo merecen, todo lo contrario. Para ver esa realidad tienen que desintoxicarse de toda la porquería que divulgan los medios enemigos, sobre todo en las redes sociales, e informarse a través de los medios confiables, para poder conocer todo el esfuerzo que se está haciendo a nivel de país.

Alerto a los implicados en estos sucesos: En sus intenciones puede ser que no esté el servir al imperialismo yanqui, pero quien actúe así no tenga lugar a dudas que no contribuye en nada a resolver los problemas subjetivos que nos aquejan, sino al contrario, prestan un servicio invaluable a nuestros enemigos.

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