En Cuba, un nuevo horizonte jurídico para las familias (I)
Un nuevo horizonte jurídico se abrió para las familias de Cuba, a partir de la aprobación en referendo, el 25 de septiembre, de la ley que regula ese ámbito y garantiza este derecho para todos.
Más de seis millones de cubanos acudieron a las urnas para votar por el Código de las Familias, un hecho inédito en la historia legislativa del país, gracias a lo cual, al decir de los expertos, la nación caribeña se situó en la vanguardia de esta rama de la jurisprudencia.
A través de sus 11 títulos, 474 artículos, cinco disposiciones transitorias y 44 disposiciones finales, la norma busca garantizar los derechos de todas las personas, cualquiera sea la estructura o forma de organización por la que apostaron al momento de formar una familia.
LOS ENTRESIJOS DE UNA NUEVA LEY
El antiguo Código de la Familia, aprobado en 1975, constituyó un hito en su época, dado que rompió con los cánones tradicionales y clasistas, además, sirvió para apoyar la lucha por la igualdad de derechos de la mujer.
En palabras de la vicepresidenta de la Unión de Juristas de Cuba, Yamila González, 47 años después de su promulgación, la norma dejó de ser coherente con la diversidad familiar que presentaba la sociedad cubana.
Se hizo imprescindible “contar con una legislación familiar que reflejara la realidad existente en nuestra cotidianeidad y brindara soluciones jurídicas inmediatas”, afirmó.
Con la proclamación de una nueva Constitución de la República en 2019, fueron sentadas las bases para la protección de las familias desde todas sus posibles representaciones.
Para la profesora titular de la facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, Ana María Álvarez-Tabío, la Carta Magna dejó abonado el camino de la realidad jurídico-social-familiar presente.
Con una mirada futurista, introdujo una serie de presupuestos que actualizan y transforman la visión de las familias contemporáneas cubanas, sus derechos como institución, así como los que les corresponden a cada uno de sus integrantes, dijo a Prensa Latina.
La Ley de Leyes, en su disposición transitoria Decimoprimera, plantea que atendiendo a los resultados de la consulta popular realizada, la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) dispondrá en el plazo de dos años de vigencia de la Constitución iniciar el proceso de consulta popular y referendo del proyecto de Código de las Familias.
El secretario del legislativo, Homero Acosta, explicó al portal digital Cubaperiodistas que la decisión fue construir una norma jurídica a partir del consenso, que incluyera dos actos de participación popular muy vinculados entre sí: uno, la consulta para que la población emitiera sus pareceres, y otro, el referendo, para la aprobación en las urnas.
La elaboración del texto legal fue considerada por expertos como un verdadero ejercicio de democracia, por la multiplicidad de voces que participaron en la conformación del documento, a través de consultas populares y especializadas.
Desde el 16 de julio del 2019, se constituyó un grupo de trabajo coordinado por el Ministerio de Justicia, que incluyó reconocidos especialistas en estas materias e instituciones del país ligadas a los temas de derecho familiar.
De acuerdo con el titular de Justicia, Oscar Silvera, el grupo de trabajo elaboró 20 versiones del anteproyecto y en marzo del 2021 el Consejo de Estado, por Acuerdo No. 149, aprobó la comisión encargada de redactar el proyecto del Código, reseñó el sitio web Cubadebate.
CONSULTAS, MODIFICACIONES, DEBATES Y RESULTADOS
Entre el 29 de septiembre y el 15 de octubre de 2021 se realizó un amplio proceso de consulta especializada de la legislación, en su versión 22, dónde participaron 47 instituciones y organizaciones, y fueron recogidas más de 500 opiniones.
Luego de realizar varias modificaciones a la norma, fue elaborada la versión 23 del anteproyecto, presentada en noviembre de ese año al Parlamento, momento a partir del cual adquirió la condición de proyecto de ley.
Tras un amplio debate entre los diputados, el legislativo aprobó el proyecto de Ley del Código de las Familias en su versión 24 y decidió someterlo a consulta popular entre los meses de febrero y abril del año en curso.
Para ello fueron realizadas 79 mil 192 reuniones, fundamentalmente a nivel de circunscripción (instancia de base de la gestión de gobierno en la isla) y otras mil 159 con la participación de cubanos en el extranjero, con personal diplomático y ciudadanos que se encuentran en misiones de trabajo.
Los resultados, dados a conocer por el Consejo Electoral Nacional el 15 de mayo último, reflejaron que más de un 60 por ciento de los participantes en la consulta popular se manifestaron a favor de todo el texto.
La versión 25, aprobada por el Parlamento y posteriormente llevada a referendo popular, recoge las modificaciones sugeridas por especialistas, por la ciudadanía en asambleas de comunidades, así como las discusiones en centros de trabajos y estudiantiles.
Entre los cambios incorporados destacan la mejora en la claridad de la definición de la gestación solidaria, el refuerzo de la tutela urgente ante la discriminación y violencia, y la ampliación de la protección de menores a las situaciones excepcionales y de desastres.
Luego de meses de escrutinio público, tres millones 950 mil cubanos dijeron Sí al Código de las Familias en el referendo popular, cifra que representa un 66,85 de las boletas válidas reunidas en la jornada.
Su entrada en vigor el 27 de septiembre, después de ser firmado y refrendado por el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, y del Parlamento, Esteban Lazo; y publicado en la Gaceta Oficial, permitió dar curso a los sueños y soluciones que aguardaban muchos.
El reto está ahora en convertir en letra viva sus contenidos, algo para lo que se requiere mucho más que una ley aprobada.