El dilema entre el bien y el mal en las redes sociales

La eterna contradicción entre el bien y el mal ha estado presente, desde el mismo surgimiento de la humanidad.
Todo parece indicar que el instinto animal presente en los humanos provoca en no pocos sentimientos que niegan su condición de seres pensantes. A ello se suma que, en un momento determinado del desarrollo humano, la especialización en los oficios y el avance continuo de las fuerzas productivas da lugar a la creación de un excedente de producción, del que comienzan a apropiarse algunos miembros, de los grupos sociales primitivos. Esta incipiente diferencia entre quienes trabajan y los que viven del trabajo de los demás le da un nuevo matiz a estos sentimientos, expresados, a través del odio y la maldad.
Ello explica las causas primarias de los sentimientos negativos que prevalecen hoy en las redes sociales, como expresión de lo que sucede en la vida real.
Por esta misma razón no es casual que en el mundo contemporáneo, en el que prevalece el sistema capitalista, el «hombre sea lobo del propio hombre».
Pero, como los grandes monopolios de la información están en sus manos, invierten cuantiosos recursos, en función de presentar al Capitalismo como «paraíso terrenal», mientras, distorsionan la obra social de cualquier proyecto progresista de desarrollo.
El afán por tener más, inculcado por toda esa maquinaria mediática en la mente las personas, en contra de la aspiración de ser, los convierte en adictos dependientes de ese sistema.

De esta forma, lo que es bueno es malo y viceversa. A tal punto que muchos empiezan a odiar y rechazar aquello que deben amar. De ahí que estamos convocados a resolver este eterno dilema entre el bien y el mal, empleando, de forma inteligente y creativa sus propias herramientas, con la razón como escudo y la verdad como espada.