Parece que a la “tasa” de El Toque se le está saliendo el agua por alguna parte. Desde unas semanas ya vienen bajando el valor de las divisas en el mercado informal cubano -que, recordemos, ellos mismos habían inflado. Algún inocente de turno alzaría las manos al cielo, agradeciendo a la Providencia tamaño milagro. Pero quienes venimos observando el fenómeno desde hace mucho, sabemos que estamos en presencia de un “lavado de cara” por parte de la plataforma financiada por el gobierno de Estados Unidos, que pone al descubierto, una vez más, lo arbitrario de su tasa informal.
No es necesario conocer demasiado de economía para saber que las variaciones en el valor de una monedad se originan a partir de circunstancias específicas, fenómenos puntuales. Guerras, cambios sociales… ¿Qué gran trasformación ha tenido lugar en nuestro país en los últimos meses, que justifique la caída del valor del dólar? ¿Cuál evento definido marcó su alza constante, que aún aqueja el bolsillo del cubano trabajador? La respuesta: Ninguna. Toda lógica recae en la voluntad descarada de operadores políticos que juegan a poner y quitar números.
La cuenta no da
Una metodología basada en un sustento científico, como ellos claman usar, tendría en cuenta elementos tan básicos. Si antes la orden era hacer crecer los montos diariamente, hoy les dicen que bajen. Desde hace días vienen haciéndolo, esta vez de cinco en cinco, como producto de capricho. Quizás mañana lo hagan de 10 en 10, o 3 y 3. No sabemos cómo se levanten.
Uno de los trabajadores de su plantilla, el economista Pavel Vidal, esgrime la reanudación de operaciones de la Western Union en territorio caribeño como factor desencadenante del descenso. Si este servicio opera en MLC, ¿baja el dólar? No es ni la misma moneda, por Dios. No perdamos de vista que, aunque escondan a Vidal tras el cartel de “economista asociado”, recibe mensualmente un salario aportado por Washington. Su papel en la puesta en escena es validar la pseudociencia detrás de El Toque, sus métodos fraudulentos y la desfachatez con la que pretenden desligarse de los prejuicios que ocasionan.
En palabras de José Jasán Cárdenas, director del medio “dependiente”, el proceso de publicación tiene lugar de forma automática, sin que ellos tengan nada que ver en la determinación de las tasas. Pero un error cometido el pasado 7 de mayo contradice esas palabras. Publicaron, de “corta y pega”, la tasa del día anterior, marcando una subida, cuando el dato señalaba estabilidad. Enseguida borraron la equivocación, como si no hubiera pasado.
Nada más necesitamos seguir la ruta del dinero para identificar a quién responden los erráticos cambios de los “horóscopos del dólar”. Pero no se confíen. A nadie extrañaría que cuando se vaya aproximando el 11 de julio, el valor de las divisas vuelva a subir. Casualidades no tan casuales, donde se entreve la mano de quienes buscan sembrar el caos y la destrucción dentro del país.
