fbpx
ESPECIALES

Crónica del carretero en tempo de norte

“Rechina el eje a cada vuelta de rueda mientras avanza por la guardarraya. El barro es profundo, pegajoso, insípido. La pesada carga tensa las coyundas, el yugo se arquea ligeramente y cruje contra el pértigo amarrado por el barzón, trincado con el tolete. La cuadrilla hala parejo, acompasada. El carretero anda seguro, la yunta guía tiene experiencia en caminos difíciles y sinuosos”.

Este pudiera ser un pasaje campesino de ahora mismo en cualquier campo cubano, también un texto metafórico si usted lo desea.

Por estos días la comunidad digital cubana anda tensa, trincada por la incertidumbre inducida. Sucesos tras sucesos son llevados y traídos por la crítica que viene con la preocupación.

Unos de buena fe, otros… otros ya sabemos.

Los éxitos de la Cumbre del G77 y de la presencia de nuestra delegación en el 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU prácticamente han pasado a un segundo plano. Otros hechos han eclipsado la agenda mediática oficial, por ejemplo, dos botellas lanzadas contra la sede diplomática en Washington por un terrorista y la reunión que sostuvo nuestro presidente con empresarios cubanos americanos en Nueva York se han convertido en la comidilla del momento.

Biden, el longevo POTUS de los EE.UU. no ha movido el dial de la política trazada por el Departamento de Estado y del Tesoro en una década, también por la CIA y sus laboratorios.

No es secreto que Trump hizo de policía malo, mientras Obama hizo su mejor papel de buenazo, aunque con pérfida precisión. Hasta un juego de pelota se echó en el Latinoamericano, proyectando la mejor sonrisa después de la ropa vieja que cenó en un restaurante privado de la calle San Rafael en Centro Habana.

Rápido y Furiosos y las miles de tomas para 8 minutos de película no se fueron en balde sin fondo. “No es fácil” tampoco fue una frase célebre de Pánfilo, sino parte de un set muy bien montado por los servicios especiales.

Pero teníamos a Fidel, siempre Fidel, ese gigante que aún después de muerto “los americanos no pueden con él”.

Por aquellos días nos llegó el oportuno correazo, que aún se lee a golpe de Google. “El hermano Obama” es un texto para releer. El 28 de marzo de 2016 a las 01:03:16 —como si no conciliara el sueño— nos decía el Comandante con pedagogía exacta “Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente de Estados Unidos”. Seguidamente señalaba: “Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura” y concluía con una sentencia lapidaria: “Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo. No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta”.

Siete años han pasado de aquella reflexión. Los norteamericanos y el séquito de personajes manidos que trazan y manipulan la política contra Cuba hicieron muy bien la tarea y reconfiguraron la trayectoria hasta hoy día, han hecho lo imposible para que no seamos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos.

La carga moral de Fidel le había desestructurado con una reflexión de profundo contenido ético el andamiaje cuya base era “el apriete económico sostenido y creciente para ablandar la voluntad de los cubanos, y luego protagonizar la idea brillante de quebrar la unidad nacional con el emprendimiento privado, la aparición de los privilegios de las clases sociales y la incapacidad del gobierno de proteger a los que queden vulnerables.

“El carretero mientras silbaba daba órdenes a las yuntas. De antemano cada una sabía el rol en la cuadrilla. La carga de jolongos de tabacos estaba bien amarrada. Al final de la guardarraya venía el camino recto y con mejores condiciones. De pronto, en la curva se apareció Genaro. Estaba rengo y enfangado.

—¿Qué te pasó? ¿Y tu vieja mula? —preguntó el carretero.

—Me tumbó, Emiliano, me confié y me tumbó sin más ni más cuando pitó el tren en la estación.

Emiliano se compadeció y siguió avanzando”.

Después de la reunión del presidente Miguel Díaz-Canel en NY con determinados empresarios, vendría el encuentro en Miami de “los adelantados” con empresarios, compañías, agencias, timbiriches, oficinas y cuantos inventos de paqueterías, recargas, envíos y sub envíos viven del negocio que resulta del bloqueo.

No es secreto que si cambia el “medio ambiente” muchos morirían por inadaptados. Obvio, ahí se montaron en la bicicleta los lobbistas, los patrioteros y mandamás, también los superdotados en temas de economía, los meta asesores…

La comunidad digital cubana rechinó. Caímos de la mula cuando pitó la locomotora.

Desde entonces han llovido las críticas, esta vez contra el presidente, quien solo se reunió de buena fe con la comunidad de emigrados, como ha hecho invariablemente en cada visita al exterior, con todos los que quieran sumarse para contribuir a la ruptura del bloqueo.

Jamás el presidente convocó a oportunistas y ventajistas, jamás se reuniría con la contrarrevolución a conspirar el futuro del país. Es una torpeza política endilgarle tales “traiciones”. Fidel se reunía con la comunidad cubana radicada en el exterior, y no pocas veces tuvo que enfrentar la malacrianza de algún que otro periodista ultra democrático y sus efectos en la prensa.

Es bueno rememorar que además en días pasados el presidente cubano “se reunió con miembros de la sociedad estadounidense como académicos y profesionales vinculados a la ciencia y las tecnologías, la salud, la cultura, empresarios, líderes de organizaciones cristianas, activistas de grupos de solidaridad con la isla. Entre las actividades colaterales de su agenda en Nueva York, rindió homenajes al líder religioso y activista social afroamericano Malcolm X (1925-1965) y al filósofo, político y sacerdote católico cubano Félix Varela (1788-1853), quien vivió exiliado en EE.UU. desde 1823 hasta su muerte”. Así reseñaron los medios de prensa sin grandes algarabías.

Lo que no dicen los críticos del encuentro con los empresarios cubanos es que “el gobierno cubano está considerando permitir que los cubanoamericanos inviertan y posean negocios en la isla” y que están “trabajando en una legislación para lograrlo” y subrayemos estos pedazos de textos que al parecer no le aportan nada a los atracados de sabiduría política: “está considerando permitir” y “legislación”. Aquí nadie vendrá a subastar levitas en tiempos de jeans.

Mucho se ha dicho de la gestión del gobierno cubano y de sus líderes en los últimos días. Le han echado aderezo de todo tipo al asunto. Hasta la comparecencia de dos ministros en la televisión, quienes explicaron con sabiduría e información precisa la dura situación del país y argumentaron lo que hacen —en la medida de lo posible— para que los efectos sean mínimos ha sido criticada, al grado de ridiculizarla.

El contagio de rebaño y la postura histérica de algunos propició la promoción de encuestas, determinados miembros de la comunidad digital revolucionaria quesieron de un plumazo “liberar del cargo” a algún que otro dirigente «inepto y panzón». Ni qué decir de los súper estrategas del TOM y el TOE, los superdotados de la comunicación, del desafuero.

«Paranoicos de la conspiración, descansen»

Recordemos, la paranoia es una afección mental en la cual una persona o grupo muestran un patrón de desconfianza y recelos en forma prolongada.

Hoy amanecimos con disturbios virtuales en algún que otro pueblo del interior. La “calentadera” y confusión —bien medida por quienes sabemos no descansan— ha provocado que el “pueblo digital” salte a la calle. Tampoco debemos desconocer el estado de “desesperación” de algunos amigos de Cuba en el exterior y de algún emigrado que ha visto el caos reflejado en la mirada que hacen a las redes sociales digitales.

“El carretero llegó al claro del camino. Atravesar la guardarraya en septiembre y octubre es difícil, mucho más en tiempo de nortes y tormentas. Tomó el camino de la izquierda, a lo lejos escuchaba truenos anunciando la proximidad un nuevo norte. Sacó despacio de debajo de las nalgas un trozo de lona conque tapaba los jolongos de tabaco. Se cubrió la cabeza y volvió a silbar, esta vez la cuadrilla apuró el paso, pero sin llegar a correr. Emiliano sabía que es mejor no corretear los animales de trabajo”.

Le vienen a la mente sus nietos en EE.UU. El domingo habló con ellos y le dijeron. “abuelo, en cuanto tengamos la residencia regresamos”.

“Está contento Emiliano, la carreta avanza chirriando los ejes, pero avanza, indudablemente”.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba