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Cuba en Santiago: Lo que nos falta, lo que nos sobra

Por Joel García

La frase se la pedí bien temprano a su autora, nuestra campeona olímpica, mundial, panamericana y abanderada de la delegación, Idalis Ortiz. Hace días habíamos conversado sobre su posible cuarta corona en Juegos Panamericanos y me lo soltó tal y como lo dijo luego en una reunión con las autoridades deportivas: «Nos faltan muchas cosas, es cierto, pero nos sobra co…»

Cualquier acercamiento primario a lo que pueda pasar en Santiago de Chile 2023 nos sitúa con menos participantes respecto a ediciones recientes en el pasado (365), mayor cantidad de debutantes (62 % de la comitiva) y presencia solo en 227 pruebas de las 425 convocadas.

Si a eso sumamos rivales que crecen en calidad por apoyo gubernamental y mayor financiamiento (México, Colombia, Brasil, entre otros), y un nivel más alto que tendrán al menos los 18 deportes que darán plazas olímpicas, el escenario se antoja superior y bien difícil.

Por supuesto, la preparación de Cuba para esta cita -como para los Centrocaribes de El Salvador- no escapa de la situación económica de un país atravesado por una pandemia fulminante como la covid-19, una tarea ordenamiento sin el éxito esperado, el bloqueo estadounidense y un fenómeno migratorio que abarca todos los sectores. En el caso del deporte la lista del éxodo afecta ahora sobremanera porque se trata en muchos casos de primeras figuras.

De las cosas subjetivas que han faltado debemos comentar también sin tapujos: alguna que otra mala planificación deportiva, demasiada apuesta a la veteranía en algunas disciplinas y métodos de entrenamiento desactualizados en otras. Asimismo, contrataciones en el exterior que siguen sin reportan resultados esperados con las cuatro letras y hasta lesiones de última hora que quizás pudieron ser evitables.

Leuris Pupo oro en pistola tiro rapido y x equipo. El Tiro Deportivo cubana aportó Foto: Ricardo López Hevia /Granma / Cubadebate

Pero eso es lo que tenemos y así enfrentaremos el reto en Santiago de Chile. El boxeo, la lucha y el judo son los deportes de combate con mayores responsabilidades en esta delegación. Tienen nombres, historia y co… para aportar entre 10 y 13 títulos, aunque sus propósitos declarados son más conservadores. Ellos son la columna vertebral. Que a nadie les quepa dudas.

Luego el atletismo, tiro, canotaje, ciclismo sobresalen con aspiraciones reales de aportar entre 8 y 10 coronas en total, ligeramente inferior a lo declarado por sus directivos a la prensa nacional. Finalmente el béisbol no puede ir por otra medalla que no sea la dorada tras el desastre de Lima 2019., en tanto el equipo masculino de voleibol se debilitó con la salida de algunos nombres tras el torneo preolímpico para cumplir contratos impostergables en ligas europeas, de ahí que la posible discusión del primer puesto se aleja un poco de los cálculos.

Luis Orta, campeón olímpico en Tokio 2020. Foto: Calixto Llanes.

¿Hasta aquí llegan las mayores posibilidades de oro? Con optimismo y realidad, Sí. Lo cual no quiere decir que en los otros deportes (donde llegamos a ser campeones continentales en varias ocasiones) no puedan ocurrir desempeños inesperados y hasta uno, dos o más títulos. Eso son los llamados «eléctricos», que nadie cuenta con ellos y mejoran sus rangos de medallas a puro co…..

Habría que mencionar entonces al balonmano, la gimnasia artística y rítmica, el clavados, la natación, las pesas, el tenis de mesa, el taekwondo, el remo, el polo acuático, el bádminton, el tiro con arco, el sóftbol, la vela, el triatlón, la esgrima, el baloncesto, el hockey, el kárate, el voli de playa, la pelota vasca, el pentatlón moderno, el rácquetbol y el patinaje.

En el más duro de los casos, suponiendo que ninguno o pocos aporten preseas, igual debemos aplaudirlo. Su esfuerzo y sus ganas de victoria son las mismas de quienes la logran. Y eso es lo mágico de la actividad física, aunque durante muchos años nos mató el “champeonismo” y solo importaba el premio y no el que se quedó al borde del podio o simplemente terminó último porque cayó con el campeón. Toca aprender y revertir ese tratamiento, desde el periodismo y la comunicación, pero también desde los directivos a la hora de valorar un desempeño.

Julio César la Cruz. Foto: Archivo.

Con absoluta franqueza hay que decir y asumir que cualquier actuación que se acerque a 30 o más títulos sería milagroso. Y menos de 20 una expresión de vergüenza a tanta historia y tanto sacrificio. El entorno de 25 es posible y aunque no faltarán los ataques por caer más bajos que en la edición de Cali 1971 (por vez primera llegamos a 30 y fuimos segundos por naciones) la única respuesta sería la robada a Idalis para titular estas líneas.

Nos faltan muchas cosas hoy en el deporte cubano, pero todavía nos sobran coraje, corazón, compromiso, conciencia y coj… para dejar sobre la cancha, el terreno, el colchón o el escenario que sea, una huella de tenacidad, valentía y esfuerzo. Cuba es eso en este 2023. Y con la cabeza en alto lo podemos asumir antes de inaugurarse los Juegos este 20 de octubre. No se puede aspirar a más en este contexto. Estaríamos engañando a la gente. Y no es ético hacerle eso a un pueblo que tiene a sus deportistas como héroes y heroínas, pase lo que pase.

Desde Chile contaremos esas historias. De triunfadores y de vencidos. De campeones y de últimos lugares. De sorpresas y consagraciones. De cubanos que serán para su familia y para el pueblo un oxígeno de felicidad en el cierre de otro año muy duro. Así lo vemos. ¿Y usted?

Redacción Razones de Cuba

Trabajos periodísticos que revelan la continuidad de las acciones contra Cuba desde los Estados Unidos.

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