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Cuba ¿el Estado 51 de la Unión?

Durante esta pasada semana la presencia de Cuba volvió a sentirse desde la sede de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York, en el marco del 78 periodo de sesiones de la Asamblea General del mayor organismo internacional, fundado en 1945.

En la voz del presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, el pueblo cubano una vez más denunció la injusticia del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace más de seis décadas a la mayor de las Antillas, exigió un orden económico más justo y equitativo y, en calidad de presidente pro tempore del Grupo de los 77 y China, reclamó que “El Sur también existe”.

Pero no solo a puertas cerradas en el edificio de la ONU la isla caribeña vibró en suelo estadounidense. Las calles de la capital financiera norteamericana se convirtieron también en el espacio donde el nombre de Cuba se escuchó bien fuerte, como es habitual, más en boca de amigos que de enemigos.

Desde populares sitios como la Quinta Avenida o la intersección de Lexington y la calle 38, muy cerca de nuestra sede diplomática, voces solidarias convocadas por organizaciones de hermandad reiteraron su  apoyo a La Habana en su justo reclamo de vivir en paz.

Pero no todo es color de rosa, no todo fue simpatía, no todo fue hospitalidad, aunque esta se manifestó en mayor número con creces. Nuevamente intereses contrarios al desarrollo de nuestro país también se hicieron sentir, y esta vez la petición de anexión de Cuba como el estado 51 de la Unión fue el más recurrente de los llamados de algunos que aún creen que volver al Neocolonialismo que vivimos de 1902 a 1959 es la mejor solución para nosotros.

La idea, promovida por una decena de aferrados a la posibilidad de que Cuba solo podría “desarrollarse y progresar” bajo el amparo de Washington, pasó prácticamente desapercibida ante la multitud que tanto en Harlem, como en pleno Manhattan, como en la propia sede diplomática cubana, no dudaron en recordar el legado de Fidel, del Che y acompañar al presidente Díaz-Canel en este periplo, en el cual nunca dudó a la hora de expresarse en nombre de los más desfavorecidos.

Y ¿qué pasaría con Cuba si se convirtiera en el famoso Estado 51 de los Estados Unidos? Simple: seríamos otro pueblo no reconocido en sus libertades y derechos fundamentales como Puerto Rico, otra voz silenciada bajo los intereses de la Casa Blanca, otra nación supuestamente libre hasta que sea conveniente, otra tierra que luche por mantener su dignidad en medio de la colonización política, económica y cultural impuesta por el verdadero dueño.

Frente a este nuevo absurdo, nuestros verdaderos amigos dijeron ¡presente!, y artistas, intelectuales, religiosos, activistas, personalidades de la cultura de Hollywood como el destacado actor Danny Glover, familiares del luchador Malcom X, cubanos residentes en ese país, así como reconocidos científicos e investigadores, abogaron por una coexistencia pacífica, de mutuo beneficio para ambos pueblos, siempre desde el respeto de nuestras diferencias en pos del desarrollo natural que podría unir a dos naciones vecinas con muchísimo en común.

Mariley García Quintana

Periodista en CMHW La Reina Radial del Centro

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