Los enemigos de la Revolución cubana y sus lacayos hicieron y hacen todo lo posible por destruirla. Sucede que hoy todo es más visible, por la magia de Internet y de las redes sociales. Basta con analizar el actual discurso de los odiadores para percatarse de que se quedó inamovible en el tiempo. La diferencia es el medio a través del cual destilan su veneno. Se transforma el público receptor, tanto en su composición como en la cantidad e inmediatez en que este recibe los mensajes subversivos.
Cuando usted profundiza en el contenido, es fácil comprender sus reacciones desequilibradas e irracionales de hoy. Llevaban décadas intentando eliminarlo físicamente y, después de su muerte, el pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro y su obra revolucionaria creadora están más vivos cada día que transcurre.
Ellos, enemigos y lacayos, odiadores todos, lo saben y sufren, de ahí sus histéricas, reacciones y ataques contra nuestro Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez, porque identifican en él al discípulo, continuador de su legado.
Por eso, cuando vemos al compañero Díaz-Canel intercambiando con cientos de cubanos, de todos los sectores de la población y diferentes estratos sociales, estamos viendo a Fidel.
Es verdad que corren tiempos difíciles, pero, a decir verdad, desde su triunfo, ¿ha tenido la Revolución un solo minuto de descanso? Así lo alertó tempranamente Fidel. Ante su ausencia física y los impactos dañinos de la crisis mundial, atizados por el endurecimiento del bloqueo, ellos consideran que llegó el momento esperado y que, una vez más, la Revolución tiene los días contados. Pero, sin lugar a dudas, saldremos de esta situación más fortalecidos y tendrán que deshacer sus maletas.
¡No acaban de aprender que un pueblo unido, jamás será vencido!
