fbpx
Cuba. Un golpe blando fallido

11 de Julio: Muestra de la dignidad del pueblo cubano

Se va a cumplir un año de aquel día donde de manera extraordinaria un grupo no significativo con respecto a la población cubana, decidió vandalizar y salir a las calles. Lo viví desde Guyana. Allá, los colaboradores médicos estábamos preocupados porque veíamos imágenes terribles, gente rompiendo vidrieras, virando patrullas, algunos jóvenes lanzando piedras y gritando improperios.

Recuerdo como si fuera ahora, ver en la TV a un amigo muy querido diciendo: “Señores, esta es la hora de los mameyes. La Revolución no nos la arrebata nadie”. En ese momento estuve más tranquila. No se me olvidan tus palabras, Ray “Tun Tun” Fernández, porque ellas, aunque no lo creas, me dieron tranquilidad. Me contaron que en el barrio nuestro al ver llegar a los boinas negras, les aplaudían. Les decían: “¡Al fin! ¡No dejen que esto pase, la Revolución es sagrada!

O la experiencia de un amigo policía, que en Regla se quedó solo con dos compañeros. Caminó vestido de uniforme en medio del tumulto, hasta la Virgen del Camino, quitándole sin el arma en la mano las piedras a la gente. “¿Esto no es pacífico?” -preguntaba a los transeúntes- “¡Suelta la piedra!”. Qué valor, hermano mío, te jugaste que te lincharan, pero seguiste ahí, no te quitaste el uniforme. También está la historia de un grupo de mujeres que en rolos salieron a proteger un hospital cerca de su comunidad, porque los hombres habían salido a defender la Patria. Ante el llamado de la dirección del centro, se pararon en 32 y gritaron: “¡Para linchar a los médicos tienen que matarnos a nosotras!”.

Todo esto es parte de la inmensa respuesta del pueblo de Cuba al salir y enfrentar a todos los vándalos. Este lunes 11 de julio se cumplió un año de eso. El pueblo aprendió, no quiere volver a ver esa transgresión. Tenemos problemas, pero no se resuelven así.

Los medios anticubanos se levantan con la noticia de un supuesto aumento de  la represión en Cuba por la llegada del día 11. Los entiendo. Ya comprendieron que no pasará nada. Hay mucha plata en juego y la mejor justificación es esa, decir que la gente no sale porque no la dejan. Es una justificación inteligente, salvo por un pequeño detalle: La gente sí está en la calle, trabajando, disfrutando de su verdadera libertad. Ahora iba camino al hospital, porque estoy de guardia, y veía cientos de personas camino a la playa, Chamaquilis en el barrio correteando desde temprano. En la gacela el chofer dijo públicamente: “El domingo voy a guardar el carro porque estoy velando los que quieran salir a ver a cómo tocamos”. Todos nos miramos y un joven respondió: “Eso aquí no se repite”. Este pueblo al que pertenezco cada día me enorgullece más. ¡Con este pueblo me muero yo!

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba