Por Germán Gorraiz López

Bolsonaro podría convertir a Brasil en el paradigma del nuevo orden geopolítico y económico que planea instaurar el establishment neocon de EE.UU en América Latina y el Caribe.

Dicho plan se basaría en lo económico en la absorción por la Alianza del Pacífico de las actuales estructuras económicas supranacionales (ALBA y MERCOSUR) y en lo político, en sustituir a los regímenes insensibles a los dictados de Washington (Brasil, Venezuela y Bolivia) por regímenes autocráticos.

¿Abandonará Brasil el MERCOSUR?

Dilma Rousseff exigió a Estados Unidos explicaciones convincentes de las razones de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para presuntamente violar las redes de computadoras de la petrolera estatal Petrobras con lo que se granjeó la enemistad de EEUU que procedió a la implementación del «caos constructivo» en Brasil para desestabilizar su mandato presidencial (impeachement).

Tras el caos surgido en una sociedad brasileña corroída por la corrupción y que afectaba al entonces Presidente Temer, el ultraderechista Jair Bolsonaro formó un Gobierno tutelado por las Fuerzas Armadas, no siendo descartable salir del MERCOSUR y empezar a gravitar en los anillos orbitales de la estructura económica y comercial diseñada por EE.UU. (Alianza del Pacífico), quedando de paso China condenada al ostracismo comercial.

La Alianza del Pacífico nació en el 2011 teniendo a México, Perú, Chile y Colombia como Estados fundadores, EEUU y China como observadores y Australia y Canadá como futuros Estados asociados. En la actualidad representa el 38 % del PIB de América Latina y el 57% de su comercio exterior con un mercado potencial de cerca de 220 millones de personas.

La celebración en Puerto Vallarta (México) de la XIII Cumbre de las Alianza del Pacífico representará la siguiente fase de su objetivo fagocitador al sentar las bases de la absorción de los países que integran el Mercosur.

Así, tras su fachada neoliberal se escondería un refinado proyecto de ingeniería geopolítica diseñado por EEUU para dinamitar el proyecto político-integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los Gobiernos progresista-populista de la región, (en especial de Venezuela tras quedar huérfana del alma mater de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez).

Asimismo, otro objetivo sería finiquitar el proyecto integrador económico del MERCOSUR, proceso de integración económico creado en en 1991 tras la firma del Tratado de Asunción entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay; al que posteriormente se habría incorporado Venezuela como Estado parte, quedando Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador,Chile, Surinam y Guyana, como “Estados asociados”.

Dicha estrategia fagocitadora tendría como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), por lo que la entrada de Brasil en dicha Alianza tras el triunfo de Bolsonaro sería el hito definitivo para completar la absorción del MERCOSUR.

¿Brasil en la OTAN y en la ONU?

Brasil forma parte de los llamados países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y aunque se descarta que dichos países forman una alianza política como la UE o la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), dichos países tienen el potencial de formar un bloque económico con un estatus mayor que del actual G-8 (se estima que en el horizonte del 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 34.951 Billones de $).

Asimismo, Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero geopolítico diseñado por EEUU para América Latina, ya que le considera como un potencial aliado en la escena global al que podría apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente, con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la Geopolítica Mundial tras la asunción por Brasil del papel de «nuevo gendarme neocon” en Sudamérica.

Así, con Bolsonaro podríamos asistir a la entrada de Brasil en la OTAN como “socio global”, como ya hiciera en su día Colombia, con lo que se estaría tejiendo la telaraña que intentará la invasión de Venezuela en el horizonte del 2020, de lo que sería paradigma la apertura conjunta con EEUU, Perú y Colombia de una base militar en pleno corazón del Amazonas, proyecto conocido con el nombre de Amazonlog 17. 

La excusa legal será la invocación de la Carta Democrática Interamericana que declara “que los pueblos de América Latina tienen derecho a la democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverla y defenderla”, lo que permitirá a EEUU intervenir en cualquier país del llamado “patio trasero” cuando estime que “son negados los derechos universales o cuando la independencia de la justicia o la prensa esté amenazada”.

Para ello contará con la inestimable ayuda logística de Colombia y Brasil, convertidas en los portaaviones continentales de EEUU para lograr que Venezuela vuelva a la senda de las “democracias tuteladas por EEUU”.

Dejar respuesta

¡Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí