Yo soy feminista cubana, socialista, revolucionaria
No quiero equivocación alguna. No entiendo de pretendidas denuncias de femicidio en personas que han despertado parece que ayer de una gran soñolencia al respecto.
¿Comenzó el asesinato de mujeres en 2021 en Cuba? No lo creo. Desde pequeña me enseñaron a ser independiente, a estudiar, a no dejarme manosear por hombres mayores que yo, a ser mujer con todas las de la ley, a la igualdad necesaria y a no ser mandada por nadie, incluso ni mi padre lo hacía.
En mi casa se enseñaba que todo había que alcanzarlo con esfuerzos y con trabajo. Que el maná no caía del cielo, que había que buscarlo en la tierra y no siendo una hembra para el gusto de un macho que viniese a disfrutar de una y creerse que tenía un objeto ante sí, como he dicho siempre. Soy persona y no salí de la costilla de nadie. Salí del mismísimo lugar que todos y todas.
¿Acaso las propulsoras de todas esas doctrinas actuales nunca conocieron los asesinatos de mujeres en Cuba pre y post revolucionaria? Sí, los ha habido y suceden por muchos motivos y entre ellos por una cultura enraizada en muchas familias que le dicen a la hija: «no importa que tu marido salga con otras mujeres y se acueste con ellas, si duerme todos los días en tu casa y te da todo el dinero».
¿Quién dijo que yo quiero un dinero lleno de suciedad? El dinero lo gano yo trabajando a partir de los estudios alcanzados y no esperando que un hombre me mantenga. ¿Dónde estaban las que ahora se echan cenizas en los cabellos cuando se denuncia el uso de la mujer como símbolo sexual y en canciones se les trata como muñecas que deben estar siempre listas a recibir a su hombre y dejarse hacer lo que éste quiera?
En 1959 hubo varias conquistas a alcanzar y se logró sacar a las mujeres de los prostíbulos y darles un empleo digno, se creó una organización feminista y se ha luchado tanto por la igualdad y la equidad, que ya somos más en muchos sectores como la Educación, la Salud, el Derecho, las Ciencias. ¿Acaso esos son logros de estados feminicidas?
Se ha garantizado que la mujer decida sobre su cuerpo y planifique su familia, el aborto no es un método anticonceptivo, pero es un derecho de la mujer decidir que no quiere tener más hijos que después no logre mantener como debiera y mucho menos víctima de una violación.
Durante el período especial aparecieron prostitutas reconocidas como jineteras y hubo familias que casaron a sus hijas adolescentes con extranjeros mayores que ellas hasta 40 años en un acto de proxenetismo, para que las mantuviera a ellas y a toda la familia.
¿Lo sabrán las ilustres defensoras de estos derechos de las mujeres a no ser vendidas al mejor postor?. Ahora parece que cambiaron el rumbo y en lugar de extranjeros son los cubanos con negocios ilícitos, delincuentes a veces violentos que después que las usan las maltratan, las llenan de hijos y cumplen con el mandato de «la mujer es de la casa y el hombre de la calle».
Ni vitrinas para exhibirse como mercancía y ganarse público, ni humilladas dentro de un hogar donde se les maltrata. Libres y plenas de derechos y por eso se ha luchado mucho durante estos años.
Sí, al que viole, maltrate, humille, mancille el honor de una mujer, quiera obligarla a continuar una relación que no desee, se sienta el dueño de ella y hasta se crea con el derecho de asesinarla, contra esos, aplicación de los delitos previstos en el Código Penal sin que tiemble el pulso.
Cuando haya una denuncia de maltratos y violencia y se declare por el tribunal la orden de alejamiento, las autoridades deben estar alertas para proteger a la víctima y evitar que el individuo cometa el hecho punible. Ni el marido, ni la ex-pareja, ni los amigos, ni otros hombres, ni familiares, ninguno tiene derecho a hacerlo. Todos deben ser sancionados.
Y si una familia entrega una adolescente a un hombre a sabiendas que lo hace en beneficio propio, que sean juzgados por pedofilia si es una menor de edad, o por proxenetismo en todos los casos. Y que no le tiemble el pulso a las autoridades.
Que después no hablen de los derechos humanos. Pero no sigan con la propaganda de que Cuba es un Estado feminicida. Hagamos todos y todas nuestra parte para que ninguna mujer sea víctima de violencia de pareja, familiar, social, en el trabajo, en ningún lugar.
Por: Lidia Guevara