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X: ¿Libertad de expresión o censura mediática?

Las trampas de X (antes Twitter), intentan colonizar y doblegar hoy los procesos bélicos y psicosociales más complejos que se desarrollan a nivel global.

Un fuego mediático cerrado se ha instaurado por estos días contra las cuentas de usuarios de la red que defienden los movimientos de izquierda. Siempre ha existido tal linchamiento, de un modo más solapado era percibido por los que compartimos el espacio digital, pero su proliferación en el último trimestre es innegable.

«Trending topic» es en la red social X las constantes publicaciones de cibernautas en «shadowban», con cuentas alternativas noveles tras perder su perfil principal o defendiéndose  de censuras sin cometer fallas en la comunicación. Limitándose no sólo el alcance de sus post a una mínima cifra de visualizaciones, sino además, la mutilación de la VERDAD de la peor manera (el silencio forzado).

El fin está claro, acoplar una «realidad 2.0» a un discurso permeado de juicios hipercríticos y discriminatorios, donde lo real aquí  pasa a ser intrascendente.

Vender una narrativa espinosa, distante de sentidos y significados es clave en el negocio de la información, o más bien: «desinformación» (me tomo la licencia de jugar con las palabras para ilustrar la idea).

Hay 5 temas fundamentales que persiguen los desarrolladores de la plataforma y de los que usted pudiera ser blanco.

En otros términos le diría,  que si quiere debutar con un «shadowban» coloque los siguientes asuntos sobre la mesa:

◇ Rechazo manifiesto del genocidio al que es sometida por el estado de Israel, la hermana nación Palestina.

◇ Apoyo a Nicolás Maduro ante su reelección presidencial en Venezuela.

◇ Conflicto Rusia- Ucrania, donde se visualice a V. Putin como un triunfador.

◇ Incompetencia de Javier Milei en Argentina. El lastre que ha significado su mandato para los ámbitos económico- político  y social en la tierra andina.

◇ Acompañamiento a figuras de izquierda: Fidel, Chávez, Che, etc.

◇ Cualquier indicio donde se intente cuestionar la postura histórica hostil de los EEUU hacia Cuba y el mundo (El Bloqueo, por ejemplo).

Lee también: El desafío de los “idiotas” en las redes sociales: entre la libertad de expresión y la responsabilidad digital

El algoritmo jamás ha beneficiado a los que sin tapujos rompemos burbujas para hacer valer la realidad de nuestros procesos revolucionarios. Ante cada intento de silenciarnos, resurgiremos.

Elon Musk, el magnate devenido en «influencer»,  responde a intereses de la más férrea derecha que cual tablero de ajedrez,  apuesta por mover las piezas a su antojo con el fin de alcanzar sus más oscuros fines y monetizar a cambio del reclutamiento del tráfico de su plataforma.

¿Con qué derecho se atreve a inmiscuirse en los asuntos internos de las naciones? ¿Será que tocará denunciarlo por sus discursos de odio y discriminación?

Aún hay mucha tela por donde cortar. Pero como ya sabemos, del dicho al hecho… va mucho trecho. La realidad aquí, supera con creces la telenovela de ficción que vende la anteriormente conocida por Twitter. Su credibilidad hoy está sostenida por un hilo y en shadowban al parecer, terminará la obra de teatro de X.

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