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ESPECIALES

Sin sanciones por ser aliado de Estados Unidos.

Los aliados y subordinados a Estados Unidos pueden asesinar, violar todos los derechos humanos, no combatir el hambre y la pobreza, dejar a su suerte a enfermos y a niños sin amparo familiar, que nunca serán sancionados por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, el Parlamento Europeo, la OEA y cuantos organismos existen para supuestamente combatir tales violaciones.

Todo lo contrario, sucede con los países que se enfrentan a los yanquis y se niegan a cumplir sus órdenes. Esos sí son condenados a diario con falsas violaciones de los derechos humanos, a pesar de que exponen avances que no tienen otros en materia social y humana, como son los casos de Cuba, Venezuela, Irán y Siria.

Un ejemplo patente son las informaciones oficiales sobre las mujeres asesinadas y agredidas, en países amigos de Estados Unidos, que jamás son señalados como violadores de los derechos humanos.

En Italia, miembro de la Unión Europea, una mujer es asesinada cada 72 horas y diariamente se reportan 88 mujeres víctimas de actos de violencia, una cada 15 minutos. Sin embargo, el Parlamento Europeo no aprueba resoluciones para condenarlo. Esta situación se repite de forma similar en otros países de la Unión sin que nadie les imponga medidas de represalias, al contar con la indulgencia de Estados Unidos como patente de corso.

En España, donde los yanquis fabricaron el “Observatorio Cubano de Derechos Humanos”, en enero 2018 había 2 millones de mujeres desempleadas, o sea un 58% del paro registrado, y solo una de cada dos recibe algún tipo de prestación asistencial o contributiva.

Por un trabajo similar o del mismo igual valor, las españolas cobran casi 6 mil euros menos al año y la diferencia salarial es del 22,9%, algo de lo que no habla el creado contra Cuba.

En la península ibérica, de cada 100 mujeres trabajadoras, 25 lo hacen a tiempo parcial, diferente a los hombres, que solo trabajan 8 de cada 100 a tiempo parcial.

Solo un 37% de los cargos altos en las empresas españolas, son ocupados por mujeres.

Muy diferente a lo que sucede en Cuba, donde la igualdad alcanzada por la mujer después de la Revolución, la equipara totalmente a los hombres, incluso hoy son más estudiantes universitarias que los varones, ocupan el 53 % en el Parlamento y cerca del 45 % son ministras y directoras de empresas, contando con una fuerte presencia en el Consejo de Estado; pero esto no se divulga en la prensa pro yanqui.

 A pesar de esta verdad meridiana, Cuba es sancionada constantemente e incluso le fabrican mentiras y campañas mediáticas para demonizar a sus gobernantes.

La visita a Venezuela el 2019 de Michelle Bachelet, Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, tuvo como resultado un informe hecho a la medida de las instrucciones de Washington, omitiendo la verdad de los avances en programas sociales, de salud, educación, cultura, vivienda, empleo y derechos para las mujeres.

Su servilismo a los yanquis quedó en evidencias durante las brutales represiones acontecidas en Chile, al no querer pronunciarse y al hacerlo, fue sumamente tibia y sin resoluciones condenatorias para ese gobierno, plegada a los dictados de Washington.

Colombia es otro caso vergonzoso que no recibe sanciones de la Unión Europea, ni de la OEA, a pesar de que, solo en delitos sexuales contra las mujeres registrados por el Instituto Nacional de Medicina Legal en el año 2018, alcanzaron la cifra de 22 mil 304 féminas.

A eso se suman los homicidios que llegaron a 960 mujeres, mediante armas de fuego, objetos corto punzantes y por asfixia, según informaciones de Medicina Legal. La violencia contra las colombianas en el 2019, fue de 136 mil 703 casos, pero esto no es condenado por la OEA, ni las organizaciones que acusan sin elementos probatorios a Cuba y Venezuela.

El informe confeccionado por la ONU sobre las mujeres en Colombia fue benévolo en grado superlativo, no menciona los asesinatos de líderes sociales ni del abuso a las que están sometidas. Un reflejo de esto es el párrafo que dice:

El empoderamiento económico de las mujeres en Colombia tiene un avance lento, insuficiente y desigual. Las mujeres perciben menores ingresos, ya sea por discriminación directa o segregación ocupacional en empleos de menor calidad y valoración, incluida la economía informal”. “En el país las mujeres han sido víctimas de desplazamiento forzado, despojo de tierras y violencia sexual”

¿Pero cuál fue la recomendación de la ONU?

Que en Colombia siga avanzando para impulsar la equidad de género y promover estándares de calidad para procesos de selección y contratación, y un balance entre el trabajo remunerado y lo personal, o la prevención, manejo y seguimiento de la violencia y el acoso en el lugar de trabajo”.

En Colombia más de la mitad de la población carece de seguro médico. En sus calles duermen diariamente casi un millón de niños y niñas, el analfabetismo es endémico en una gran parte de la población citadina y rural. Allí la vida no vale nada y ser periodista es un desafío a la muerte, pues sólo en el 2019 fueron asesinados 36 periodistas que se aventuraron a denunciar la corrupción gubernamental y la desigualdad social.

A pesar de esta triste y sombría realidad, ¿qué resolución aprobó el Parlamento Europeo, la OEA, la Alta Comisionada de la ONU o la Sociedad Interamericana de Prensa? ¿Qué sanciones le impuso el gobierno de Donald Trump a su lacayo Iván Duque?  ¡Ninguna!

Cuba y Venezuela levantan la frente bien alta, mostrando sus logros sociales, no obstante padecer una cruel guerra económica, comercial y financiera para ahogar sus economías y que la población culpe al sistema de sus carencias.

Para la canciller de Colombia, quien recientemente se lanzó a decir que Cuba es un país sumamente pobre donde el atraso se evidencia en sus infraestructuras”, es importante recomendarle que le dé un vistazo al suyo, contabilice los asesinatos de líderes campesinos, los feminicidios, la desigualdad social y el incremento de la pobreza, antes de pretender enturbiar la obra de la Revolución, esa que a pesar de los planes de terrorismo de Estado, de subversión política y la guerra económica, exhibe logros que no pueden escamotear los yanquis, aunque el hígado se les cocine.

Ante estos hechos, recuerdamos a José Martí cuando afirmó:

“Los hombres honrados han de volver la pluma al corazón y clavársela en él con mano fuerte, antes de ponerla en el papel traidor manchada de mentiras”.

Redacción Razones de Cuba

Trabajos periodísticos que revelan la continuidad de las acciones contra Cuba desde los Estados Unidos.

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